m. taurom. Mozo que ayuda al picador en la plaza:
el monosabio ayudó al picador a levantarse tras la cogida.
Paparruchas. No le hagáis caso al diccionario, que a veces no tiene ni puta idea. Joder, con el cabreo que me he pillado al leerlo, ya casi ni me acordaba de saludar.
Hola, soy Tartamundos Trotamudo, redactor plenipotenciario de esta sacrosanta casa, y aquí y ahora empieza una nueva entrega de la largo tiempo añorada sección Mis insultos favoritos.
La echábais de menos, ¿eh cabroncetes?
Al rollo: monosabio, os lo digo yo, es un insulto. Un insulto gordo. Cuando alguien te llama monosabio te está diciendo que no eres más que un simio que destaca sobre la media de los primates, pero que... al fin y al cabo, deberías estar en un árbol.
Lo bueno es que te lo llaman y luego, si ven que eres más fuerte que ellos, te dicen que no, que ellos se estaban refiriendo al subalterno del picador. Que si lo piensas bien, es también bastante humillante. Como si te llamaran mamporrero, mismamente.
Yo pienso en la palabra monosabio y me recuerda a Chita recogiendo un premio a toda una carrera cinematográfica. Ops, me temo que eso ocurrió realmente.
Pero es que, además, es verdad que hay monos cabrones sueltos por ahí. Bueno, sueltos o en cautividad, eso es lo de menos. El caso es que cuando vas caminando por la calle y te das cuenta de que tienes un cordón del zapato desatado y te agachas para anudarlo y justo en ese momento sale de una pastelería un tío que lleva un pastel muy grande que no te ve y que se ve obligado a saltar sobre ti como si estuviera jugando a la una mi mula (también conocido como la pidola), sólo que teniendo que hacer equilibrios para que no se le caiga la caja con la tarta, y al caer te lanza a la cara un airado MONOSABIO, lo que esta persona (bellísima persona en otras circunstancias, el pastel era para celebrar el cumpleaños de su madre, pero claro...) en su justificada indignación te está tratando de decir, es que no eres más listo que un orangután que consigue que le rasquen un buen rato en la nuca.
Me despido ya, quién sabe hasta cuándo, pidiéndoos... qué digo pidiéndoos, exigiéndoos que utilizéis este insulto con mesura... Más que nada, porque como no está muy claro que sea realmente un insulto, prefiero que concentréis vuestras energías en insultos que no ofrecen ninguna duda de su condición, tales como los ya celebrados en esta liturgia del faltonismo que es esta sección: piltrafilla, mastuerzo, hazmerreir, pringao, tonto, granuja, cenutrio, mentecato, repipi, gilipollas e hijo de puta. No diréis que no tenéis dónde elegir.
Iros un poco con viento fresco, gilipollitas míos.
1 comentario:
¡Ay! Qué vasto el mundo del insulto. No confundir con basto, ya que no hay cosa más difícil que pergeñar un insulto certero en el momento y contexto adecuados. Sí que se echaba de menos esta sección.
Nunca he utilizado monosabio. Gracias por ampliar nuestro vocabulario, Tartamundos.
Publicar un comentario