viernes, 28 de noviembre de 2008

Reflexión a bote pronto #173

¿Puede alguien que sólo mida 1,50m. llegar a ser alto cargo?
¿Puede tener estrechos colaboradores gordos?

jueves, 27 de noviembre de 2008

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Así se conocieron Mediahostia y Superpoco

Este es SuperpocoBuenas tardes, amigos del morbo. Bienvenidos un miércoles más a vuestro programa de cotilleo favorito. Mientras otros ponen el dedo en la llaga, nosotros metemos el dedo en el ojo.

Hoy contamos con la presencia en nuestros estudios con una pareja que, sin duda alguna, hará mucha ilusión a niños, pequeños, menudos, grandotes, abueletes y prejubilados. Ellos son, ni más ni menos, Superpoco y Mediahostia. Un fuerte aplauso para nuestros superhéroes favoritos.

Presentadora (P): ¡Bienvendidos a nuestro humilde programa!

Superpoco (SP): Gracias, gracias… Mediahostia y yo estamos muy contentos de estar aquí y poder contar nuestras intimidades a tanto desconocido que nos admira.

Mediahostia (MH): Bueno, yo en realidad, vengo por la pasta… Es que me he enviciado al juego de la rana y se me va el sueldo… Y el sueldo de superhéroe tampoco es tan alto como la gente se cree…

P: Bueno, bueno, esas cosas no sé si interesan a nuestros telespectadores…

MH: ¿Y qué es lo que interesa a nuestros telespectadores?

SP: Yo te lo diré: nuestros telespectadores quieren carnaza.

MH: Démosles carnaza, pues. Venga, Asun, dispara… Responderemos a todo lo que nos preguntes.

P: Ahí vamos. La principal razón por la que os hemos invitado hoy aquí es para que nos contéis cómo os conocisteis…

SP: ¿Que cómo nos conocimos? ¡Uffff! Eso fue hace mucho tiempo… (musiquilla de flashbacks e imágenes detrás de unas nubes, Superpoco habla en off. Mediahostia de vez en cuando le interrumpe. Asun, la presentadora, de vez en cuando les interrumpe a los dos)

SP: Yo me había librado de unos gangsters gracias a mi ¡SUPERGRITO REPELENTE! Pero estaba atrapado en una palangana llena de cemento armado hasta los dientes. Estaba al lado del río y hacía frío. Y así pasaron los días, y yo desesperando, y tú, tú contestando, quizás quizás quizás…

MH: Superpoco se quedó atrapado en la palangana de cemento varias semanas, hasta que el Athletic de Bilbao visitó el Vicente Calderón y yo, que para entonces ya era consciente de mis poderes, me desplacé con el equipo para disfrutar de una victoria de los leones en el feudo colchonero. A la salida, estaba un poco piripi porque, con el perrito caliente que me tomé para merendar, me había tomado una cerveza caliente, desventada y sin alcohol. Por lo visto, no me sentó muy bien, ya que cuando me separé de la comitiva que regresaba en cívica procesión hacia los autobuses, para hacer mis necesidades by the river… vi allí, solo y desamparado a Superpoco

SP: De desamparado nada, que llevaba conmigo la medallita de la Virgen de los Desamparados que me regaló mi mami y que siempre me acompaña… Yo vi llegar a Mediahostia haciendo eses y con la chorra en la mano y pensé que venía a violarme, así que me concentré, me concentré…

MH: Y no pasó nada. Simplemente, que me acojoné por el color de piel que tomó la cara de Supercoco. Así que…

SP: Así que nada… Le pegué un ¡SUPERGRITO REPELENTE! de los míos y el tío se tiró uno de sus ¡PEDOS INCENDIARIOS! Y allí mismo comenzó una batalla incruenta…

P: Y un poco ridícula, ¿no?

SP (ignora el comentario poco afortunado de Asun): El caso es que nos tiramos allí dos horas, yo soltando supergritos y aquí el colega tirándose pedos incendiarios… Una verdadera lucha de titanes.

MH: Hasta que nos cansamos… Y nos dimos cuenta de que los dos éramos buenos e indestructibles. Supimos que teníamos una misión que cumplir.

SP: Irnos de cañas. Bueno, la misión de aquí Mediahostia, de entrada, fue ir a por una carretilla y llevarme a un bar que yo conocía, donde nos pegamos una cena de tres pares de cojones (con perdón).

MH: Allí se cimentó nuestra amistad, nunca mejor dicho… ¿Lo pilláis? ¿Lo pilláis? ¡Se cimentó! JUAS JUAS JUAS…

SP: Luego salimos volando de allí.

MH: Entonces fue cuando nos dimos cuenta de que podíamos volar… Este estaba graciosísimo volando por Madrid con los pies de cemento esos tan bonitos que tiene.

P: ¿Y respecto a vuestra sexualidad? ¿Qué nos podéis contar?

SP: ¡Oh! Creo que nos tenemos que pirar echando leches… Debe haber por ahí una alarma sonando que percibo con mi superoído. Hasta otra.

MH: Eso. Adiós. Muy buenos los canapés. Felicite a la empresa de catering.

viernes, 21 de noviembre de 2008

El origen de Mediahostia

El origen de Mediahostia es humilde… y vascuence. De extracción social y geológica baja (su padre era minero), Mediahostia, un pingüino de Barakaldo cuyo verdadero nombre es Iñaki Perurena (nada que ver con el levantador de piedras), sufrió en su infancia maltratos psicológicos por parte de su padre. Cuando era un pingüino joven, era muy fan del Tato Abadía, de ahí su simpatía por el Logronés, pero un día, de resultas de un golpe sufrido en la cabeza tras una intensa sesión de txikiteo, vio la luz y se hizo del Athletic.

Iñaki siempre tuvo un carácter introvertido (y eso no significa que eyaculara para dentro como dice que hace Sanchez Dragó, ese personaje de ficción), así que se refugió en las andas de su mamá y se aisló del mundanal mundo.

Por ello, no es de extrañar que se hiciese butanero. (Memo: yo; recuperar la sección En defensa de… con una entrada dedicada a los butaneros). Todo los hombres del mundo sospechan que los butaneros existen con el único propósito de dejar embarazadas a sus mujeres, pero esto no es necesariamente cierto.

El caso es que, como cuenta el chiste, un día el esforzado profesional de la bombona subió a un quinto sin ascensor una bombona y la señora que le recibió en la puerta (ligera de cascos y de ropa) le hizo pasar a la cocina, pasó a la galería y le dijo “Métamela aquí”, a lo cual el pobre Iñaki no pudo resistirse. Siendo sorprendido en plena faena por el marido de la señora, segurata de profesión, cachas de musculatura, ornitorrinco de CI, apodado El Bestia por sus amigos… no le quedó más remedio que acudir al cansino “No es lo que parece”. Toda vez que las razones de nuestro ilustre pingüino no convencieran al astado marido (quien tuvo la poca gracia de bautizarle “Mediahostia”, dada la poca resistencia que ofreciera), aquel se vio obligado a acceder a las pretensiones de este, quien no tuvo mejor idea que meterle el contenido de la botella de butano por el culo al pingüino. ¡Qué ocurrencia! Así que le “amorró” la gomica del butano al esfínter anal y abrió la espita…

Creedme, amiguitos, no existen muchos estudios sobre los efectos del butano en el sistema digestivo humano. (Un día de estos ponemos a currar en ello al Inspector Ximenes, que últimamente no da un palo al agua).

El caso es que el desdichado Iñaki volvió a casa meditabajo y cabezabundo y con un dolor de tripas de tres pares de cojones. Y quiso el Diablo (que siempre tiene un roto para un descosío) que esa noche su madre le tuviera preparados para cenar Pimientos del Padrón… pero no de los que “unos pican y otros no”, sino de los que “casi todos pican”. Vete a El Padrón a reclamar… Igual te empadronan allí… Os podéis imaginar, perspicaces lectores, los efectos que ello tuvo en nuestro pobre pingüino. Butano + Pimientos del Padrón, un cóctel explosivo, podéis creerme.

Viendo la tele en el sofá con su madre, antes de irse a acostarse, sonó el timbre. Eran unos testigos de Johova pesadísimos, que tras hora y media de charlas, sin ser invitados a pasar, no abandonaban el descansillo… Iñaki ya no pudo aguantar más y soltó un temible ¡PEDO INCENDIARIO! Los testigos de Jehova, chuscarrados, huían despavoridos escaleras abajo. La madre de Iñaki le miró con orgullo.

Iñaki no lo sabía, pero… ¡HABÍA NACIDO MEDIAHOSTIA!

(Gracias Domingo, por la aportación gráfica)

jueves, 20 de noviembre de 2008

El origen de Superpoco

Superpoco, de nombre real José Antonio Orozco Comesaña, antes de convertirse en superhéroe era un peluche que dedicaba sus días a su trabajo, a ser cuidado por su madre y a sus dos grandes pasiones: Tino Casal y el Atlético de Madrid. Trabajaba barriendo los pelos que caían al suelo en la peluquería que regentaba su madre en el muy madrileño barrio de Carabanchel Alto. Bueno, los sábados trabajaba de payaso insoportable en una ludotecas, pero eso era para redondear ingresos, no por vocación. A él lo que realmente le gustaba es imitar a Tino Casal en el Singstar.

Un día volvía José Antonio del Vicente Calderón, rumiando maldiciones cursis por el enésimo disgusto que le había causado el equipo colchonero, cuando una ancianita, adorable mas pertinaz, se interpuso en su camino, interpelándole:
- ¿Ha visto usted a Mistetas?
- No, ni ganas… -declamó José Antonio sin detenerse.
- No, no… no me ha entendido usted. Es que Mistetas es el nombre de mi gato, que se me ha perdido.
- Vale, pero no he visto a su gato.
Normalmente José Antonio era mucho más educado y cortés, pero como estaba enfadado por la derrota del equipo del Manzanares, pues… pero aún así, no lograba desembarazarse de la embarazosa situación. Al final, la vieja (digámoslo ya de una vez, porque todos estábamos pensando que lo de ancianita pesada ya era demasiado eufemístico), la vieja, consiguió que José Antonio se encaramase a un árbol donde estaba asustadito el gatito (quizás lo que pretendía nuestro amigo era lograr una entrada en la sección Las Tronchantes Aventuras… pero no lo logró). Haciendo equilibrios logró acercarse al minino, pero, justo cuando estaba a punto de rescatarlo, el gatito saltó y volvió tranquilamente con su dueña, que ni siquiera se dio la vuelta para agradecer a José Antonio su esfuerzo.

J.A. se quedó colgado en el árbol sin que nadie se parara a ayudarle. Estaba paralizado de terror, subido a la rama de un olmo, a tres metros de altura del suelo. Cuando anocheció, vio que tenía que moverse o perecería congelado o inane o algo… Así que dio un paso, dio dos… y se cayó. Por suerte, cayó en el interior de un contenedor de basura que algún ciudadano incívico había dejado abierto. Cuando, entre arcadas y modas de naranja, consiguió salir del contenedor el panorama que encontró no era mucho más esperanzador.

Ante sí estaba el mismísimo Melitón Machancoses (primo de los Machancoses de Benimaclet) rodeado de cuatro o veinte sicarios (el terror impedía que J.A. lo supiera con exactitud). Para el que no lo sepa, contaré (utilizando los privilegios que me otorga ser el narrador omniscente) que Melitón Machancoses controlaba el negocio de reciclaje de basuras en Carabanchel Alto desde tiempos inmemoriales y… digámoslo con suavidad, veía con malos ojos que un advenedizo se inmiscuyera en su negocio. J.A. intentó explicar que no era lo que parecía, pero el horror había paralizado sus cuerdas vocales y sólo conseguía emitir ruiditos como los que hace un bebé.

El caso es que minutos más tarde Melitón y su banda tenían a J.A. junto al Manzanares. Lo habían puesto en uno de esos recipientes donde se amasa el cemento y estaban echando portland y agua a cascoporro. Un esbirro insinuó que podían echar un poquitín de arena, pero Melitón repuso que “de eso nada, que al final lo barato sale caro”. Antes de echarlo al río con pies de cemento, Melitón quiso cachondearse un poco del pobre J.A. y le hizo cosquillas en los sobacos, provocándole una irresistible risita (patética, dadas las circunstancias). El maleante le cogió el gustillo a la tortura de andar por casa y le pellizcó el gaznate a nuestro pobre amiguito, quien al ser interpelado si le dolía, respondió “Un poco”, lo cual le valió el apelativo de “Superpoco” que provocó las risas de los esbirros de Melitón (un poco pelotas ellos, tampoco era para tanto la cosa).

Se vio tan mal José Antonio que, sin poder resistirlo más, emitió un quejío de desesperación:
- ¡Jolines!
El efecto de la interjección de J.A. fue totalmente inesperado. Era tan repelente el tono de voz que empleó que, de repente, irrumpió un vortex procedente de Casiopea (vino en metro) y se llevó por delante a todos los maleantes del barrio (que un día de estos aparecerán en la isla de Lost).

Jose Antonio no lo sabía, pero… ¡HABÍA NACIDO SUPERPOCO!

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Superpoco y Mediahostia, tus nuevos amiguitos

Hola amiguitos. Quiero presentaros a dos nuevos amiguitos, unos superhéroes cercanos y entrañables que nos harán reir de la pena y llorar de risa, con los que espero que os lleguéis a encariñar e incluso puede que enfadar, porque, digámoslo desde un buen comienzo, son más tontos que pisarse uno mismo.

Ellos son: Superpoco y Mediahostia. Un fuerte aplauso para ellos, que si no no salen...

Superpoco es un peluche del Atlético de Madrid, con forma humana y, como no podía ser de otra manera, apocado. Ahí al lado tenemos una foto suya. Es guapo, ¿verdad? ¿A que dan ganas de cogerlo y apretarlo y estrujarlo y tirarlo al río? Pues no. Es imposible. Porque no podrías lanzarlo al río nunca... pero no adelantemos acontecimientos.
De momento, nos contentaremos con saber que no está muy seguro de que le siente bien la perilla. Se la dejó como homenaje a Tino Casal, ¿sabéis?



Mediahostia, sin embargo, es un pingüino del Athletic de Bilbao. Sí, ya sé que os parecerá extraño que un pingüino sea del Athletic de Bilbao, pero más extraño hubiera sido que un pingüino fuera del Real Unión de Irún, ¿no? El caso es que cuando lo conozcáis, seguro que os encariñáis con él, que no le cuesta nada hacerse de querer.
He aquí una foto de nuestro pingüino apingüinado.


Y nada... En los próximos días sabréis cómo uno y otro llegaron a ser superhéroes, cómo supieron que tenían superpoderes absurdos, cómo se conocieron, cómo supieron que tenían una misión y cómo hicieron todo lo posible por escaquearse, sin lograrlo. Alguna qué otra aventurilla caerá en esta bitácora, ya veréis...

De momento, los dejamos en plena conversación transcendental en la barra de un bar ante unas cañas y unas olivicas:
- ¿Sabes que Dyango ha sacado disco nuevo?
- ¿Dyango? Pues yo creía que se había muerto.
- No, hombre, que va, igual estuvo enfermo, pero no llegó a morirse...
- Es verdad, lo habré confundido con Sergio Dalma.

(Continuará, claro que sí)

martes, 18 de noviembre de 2008

Adelanto

Mañana comenzará una serie de X capítulos (donde X puede ser diez en números romanos o incógnita) dedicada a una pareja de superhéroes poco habitual: Superpoco y Mediahostia.

Estos personajes, amablemente cedidos por mi amigo Ramírez, harán las delicias de los niños, mayores y jubilados, con sus superpoderes absurdos y su pereza de cara a actuar.

Esperamos (plural mayestático) que os gusten.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Greguería #19

Las sardinas en lata siempre viajan en tranvías llenos.

(Gracias Ramón)

(Y con esta dejamos, de momento, las greguerías)

jueves, 13 de noviembre de 2008

jueves, 6 de noviembre de 2008

Reflexión a bote pronto #171

Piensa cuántas veces has dicho eso no lo digo pero lo pienso. Y cuántas veces no lo has dicho pero lo has pensado.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Greguería #14

Un vegetariano describía horrorizado el accidente que acababa de presenciar: "Aquello era una carnicería".

martes, 4 de noviembre de 2008

Greguería #13

Los glóbulos blancos son los globos perdidos que el flujo circulatorio arrebató a los pequeños microbios.

lunes, 3 de noviembre de 2008