martes, 26 de agosto de 2008

Las tronchantes aventuras de Persiles Silrepis

Persiles Silrepis tenía la mala costumbre de mirar a todo el mundo de lado. Lo peor fue cuando descubrió su lado bueno. En las conversaciones se comportaba como una brújula buscando el norte, lo cual desorientaba a sus interlocutores.

Sin embargo, su magnetismo atraía al presidente de la empresa donde trabajaba, que era ciego. Cuando se perfilaba como principal candidato a sucederle en el cargo algo le sucedió a Persi: un extraño y queremos creer fortuito accidente de paintball le dejó bizco.

Desde entonces trabaja en una panificadora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parafraseando a la gran duquesa de Alba:

"El lado mío bueno es el izquierdo"

No somos nadie.

Pedro dijo...

Nosotros tampoco, pero como aquí dan café. O Strepsils.