Serio candidato al Premio Darwin
Los Premios Darwin sirven para "reconocer" los méritos de las muertes más estúpidas. Si un gilipollas muere de manera idiota, a lo mejor es cosa de la evolución, viene a ser la filosofía del galardón.
El caso es que la noticia del cura brasileño que se fue volando atado a globos de fiesta y todavía no ha aparecido me ha recordado mucho a la de Larry Walters, un tipo de historia curiosa que en 1982 ató unos cuantos globos aeostáticos a un sillón de su casa y, provisto de sandwiches, cerveza y un rifle para disparar a los globos cuando quisiese descender, se montó en él. El sillón subió
más rápido de lo que se había imaginado y... se acojonó. Decía Hannibal Smith de El Equipo A, "Me encanta que los planes salgan bien", aunque cuando salen mal también tienen su aquel. Y, claro, llamándose el pobre hombre Larry, había bastantes posibilidades de que la cosa no saliera como estaba prevista.
El caso es que Larry Walters sobrevivió, aunque no por ello dejó de ganarse el
derecho a una mención especial en los Premios Darwin.
La historia completa de Larry Walters aquí.
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