No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! (y en esto soy irreductible) no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Un pequeño homenaje
3 comentarios:
Muy Bien Tarta, no lo conocía pero me ha gustado mucho. Cambias los metodos chungos por sutileza, la ocasión lo requiere. Si la cosa funciona, ¿te pagaras una paella?
Pago una paella aunque la cosa no funcione.
Todo sea por mi terapeuta favorita.
Yo no me pronuncio por si acaso...
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