Amado Swanson siempre quisó recibir una carta encabezada por su nombre, más nunca lo logró.
Si Amado Swanson hubiese tenido más suerte en su vida, alguna de las doscientas empresas en las que participó no habría terminado en la ruina. Sólo con una de ellas se hubiera conformado.
Pero no, no fue así y después de la última (y fallida, innecesario añadir) aventura, Amado Swanson decidió suicidarse tomándo grandes cantidades de ansiolíticos. Mas tampoco en ese postrer intento pudo llevar a buen puerto sus intenciones, pues las pastillas estaban caducadas y lo único que le provocaron al pobre de Amado fue un desarreglo gástrico de caballo, de tal suerte que nuestro Amado amigo tuvo que recluirse a un monasterio el resto de sus días subsistiendo a base de forraje y dedicándose únicamente a peinar sus crines.
Por cierto, esa última aventura fallida consistió en comprarse dosmillones de bolsas de pipas y construir con las cáscaras Torres Eiffel en miniatura. El principal fallo fue que las pipas las compró saladas y al segundo día de "fabricación" ya tenía los labios que parecía Carmen de Mairena (esa mujer).
(Gracias Luis)
Memo para personajes históricos: Cabeza de Vaca no tuvo una infancia fácil.
Memo para personajes históricos: Cabeza de Vaca no tuvo una infancia fácil.
2 comentarios:
Joder... ese de la foto tiene que ser el único, auténtico y original Amado Swanson!!!
Igual me hago un peinado así para el verano, si alguien me dice cómo se aguanta.
Even, mejor no lo intentes, que a saber con qué se sujetaba el tupé este interfecto..., (aunque puede que lo hiciera con el aguasal de las pipas que chuperreteaba..)
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