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viernes, 15 de mayo de 2009

SPyMH24: La Batalla de la Plaza del Cedro

El despertador de Mediahostia le devolvió a un mundo en el que no quería vivir. No sólo por la insoportable resaca, era también volver a la dura realidad: el sueño del primer título del Athletic en muchos años había durado sólo tres días de fiesta y desenfreno... pero al final se había terminado de manera abrupta.

Por si esto fuera poco, Superpoco seguía en paradero desconocido y esta tarde Ximenes-Escohombre les había convocado en el Justo porque preveía que en la Plaza del Cedro iba a tener lugar lo que había dado en denominar La Batalla de la Plaza del Cedro.

Así que Mediahostia miró el reloj, vio que ya eran las dos, se pasó un agua por la cara y se fue a la Cafetería Caché a por el menú del día... De puta madre: había fabada, lo mejor contra la resaca. Tras una siesta de esas con baba y todo en el mismo bar, se encaminó al Justo donde empezó a pedir carajillos hasta que fueron llegando todos.

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Podemos decir sin temor a equivocarnos que el Profesor Sanahuja les había vendido la burra a los Hermanos Machancoses. Su "temible" arma no era otra cosa que una bomba de cocacola con mentos con bombas fétidas adosadas. De muchísimos megatones, eso sí. Pero después de haberlo escuchado hablar de dicotiledóneas y partículas subatómicas, los mafiosos de Benimaclet se esperaban algo más... "científico". En cualquier caso, el plan ya estaba en marcha y ahora nada ni nadie los podía detener el PEPDEM (Plan De Emergencia Para Dominar El Mundo). ¿Nada? ¿Nadie?

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Superpoco observaba la Tierra desde el Mar de la Tranquilidad. Se encontraba la mar de tranquilo.

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Ximenes pedía silencio para hablar, pero con el ruido del bar nadie lo escuchaba... Se tuvo que transformar en Escohombre para acojono de toda la concurrencia. Bastó una frase suya para poner en marcha el plan de contingencia diseñado la noche anterior: "A POR ELLOS OEEEEEEEEEEEE, A POR ELLOS OEEEEEEEEEE, A POR ELLOS EEEEEEEEOOOOOOEEEEEEE!!!".

Mediahostia, melancólico, tuvo el presentimiento de que Superpoco iba a ser el protagonista de la salvación de la Tierra. Tuvo un flashback larguísimo sobre todo lo que había vivido con Superpoco (si queréis verlo, id aquí y vais repasando los capítulos desde el primero hasta el último). Cuando volvió en si, estaba solo en el bar.

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Sento el Gros le dijo a Sahuquillo: "Tú mira por ahí y yo miraré por aquí."

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Mariano W. Wilkinson guiaba a Ciriaco el Gandul, que portaba sobre sus anchas espaldas el mecanismo del CPD (Cañón Pédito Dicotiledóneo). Vio un bocadillo de mortadela en el suelo y a punto estuvo de caerse con todo el equipo encima.

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"Esto ya está", comunicó via teléfono celular Mariano W. Wilkinson a los Machancoses, una vez hubo instalado el arma en el centro neurálgico de la Plaza del Cedro.
- OK, dale al Play.
- ¿Dónde está el Play?
- ¿Que dónde está el Play? Y yo qué coño sé... Espera que mando para allá a Sanahuja y te lo explica...

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"Alto ahí, quedarse quietos o disparo", Sento el Gros apuntaba encendido a Wilkinson y Ciriaco con un caliqueño. Ximenes no había previsto la enventualidad de que fuese necesaria un arma digamos... más disuasoria. Justo en ese momento se incorporó al grupo Melitón Machancoses que, en su inmensa hospitalidad, conminó a Ciriaco a que le ofreciera un cenicero al señor Sento. Este retrocedió y se tropezó con Sahuquillo que venía acompañado de Óptimo Bruno. Este lo vio claro: "¡¡¡Hay que desventar las cocacolas antes de que sea demasiado tarde!!!".

Justo entonces llegó Escohombre que se dirigió hacia toda velocidad a los depósitos de cocacola... Pero Ciriaco, que había estado manipulando el cañón en busca de un cenicero accionó por error un botón que no sabía para qué servía pero tenía adherida una pegatina con un triángulo verde apuntando para la derecha... Eso puso en marcha la máquina inexorable de destrucción (también conocida como CPD).

Los 150 kg. de caramelos Mentos se vertieron sobre los inmensos tanques de cocacola y empezaron a obrar una reacción de una efervescencia indomable... Las bombas fétidas ya no pudieron aguantar más y explotaron por vergüenza... ¡Era el fin! Toda la Humanidad se iba a convertir en neoliberales con rizos engominaos...

Pero... ¡JUSTO EN ESE MOMENTO!, apareció Mediahostia que tardo así como cinco segundos en hacerse cargo de la situación... Mucho tiempo, diréis... bueno, en realidad fue menos tiempo, pero pasó así como en cámara lenta... Se acojonó tanto Mediahostia cuando supo qué estaba pasando que su miedo y sus tripas poco cuidadas ese día produjeron una reacción conocida (¡EL SUPERPEDO INCENDIARIO!). Y resulta que este superpedo incendiario anulaba completamente los efectos del CPD. El Profesor Sanahuja, que en ese momento llegaba, hubiera podido preverlo si hubiese tenido más tiempo para sus experimentos, pero "como aquí siempre vamos con el reloj pegao al culo".

La Humanidad, gracias a Mediahostia, estaba salvada.

Horas después la Policía detenía a todos los componentes del Clan de los Machacoses... Les esperaba una buena temporada en la Penitenciería de Socuéllamos.

El Supergrupo de Ximenes, como dio en denominar la prensa a nuestros amiguitos del alma, estaba celebrando el éxito cuando llegó Superpoco. Todos se quedaron anonadados cuando le oyeron decir: "Creo que me voy a hacer budista".

(Fin de la primera temporada)

viernes, 24 de abril de 2009

SPyMH23: Armando velas

Óptimo Bruno sacó el puño y miró desafiante a Sahuquillo y a Sento el Gros.

- Seis con las vuestras.

Sahuquillo, sin embargo, no se amilanó y levantó a su vez su puño.

- Van a ser siete.

Sento el Gros, con una gran fé en si mismo, dijo con calma:

- Leed mis labios... ¡NI-DE-CO-ÑA! Son cinco.

Poco a poco, Óptimo Bruno abrió la mano y dejó ver que en ella ocultaba tres monedas. Sahuquillo mostró que él llevaba dos. Una sonrisa pícara se dibujó en el rostro de Sento el Gros, quien abrió la mano, vacía de monedas, y empezó a reirse al tiempo que decía: "Gin tonic gratis, gin tonic gratis".

******

En la mesa de al lado, el Inspector Ximenes (recuperada su imagen de Inspector Ximenes, una vez que aprendió a controlar cuando ser Escohombre y cuando no) celebraba cónclave con Tartamundos Trotamudo y con Mediahostia. ¿Y dónde estaba Superpoco?

- Tengo la sospecha o más bien la certeza, dada mi condición de narrador omniscente, de que los Machancoses han puesto en marcha el PEPDEM (Plan De Emergencia Para Dominar El Mundo) -Tartamundos Trotamudo declamaba con fina oratoria.
- Tenemos que hacer algo -siempre hay alguien que tiene que abrir la boca para expresar lo obvio y, en este caso, tal honor le correspondió al Inspector Ximenes.
- Pues yo creo que me tomaré otro carajillo -Mediahostia seguía a lo suyo.

******

No lejos de allí, los Machancoses ponían a punto su plan. El Profesor Sanahuja daba parte de su invento. Sus últimos experimentos habían sido un éxito y el arma mortífera estaba lista. Sólo había ocultado a los Machancoses un posible punto débil de su plan... Pero la posibilidad de que se descubriera ese punto débil era tan remota que no valía la pena molestar a los jefes con esas tonterías...

El Mundo Dominado por los Machancoses (MDM) comenzaría al día siguiente. Y todo comenzaría en la Plaza del Cedro.

Mientras tanto, Ciriaco el Gandul devoraba con fruición un bocadillo de mortadela con mayonesa.

******

Superpoco seguía en la Luna, completamente desorientado... "Es bonito esto, me gustaría que Mediahostia estuviera aquí".

viernes, 3 de abril de 2009

SPyMH22: Todos estamos invitados

Tartamundos Trotamudo había recibido amenazas en su buzón, sugiriéndole de las más variadas maneras que terminara la historia de Superpoco y Mediahostia de una manera más digna para nuestros superhéroes. Él esperaba recibir un cheque y un contrato para una serie de televisión, pero... cuando hay hambre buenas son tortas.

Mariano W. Wilkinson llegaba cansadísimo a Benimaclet pero con la satisfacción del deber cumplido. Lo primero que tenía que hacer es dar novedades a los Machancoses. Los encontró en el mismo rincón del mismo pub de siempre, sorbiendo los sempiternos combinados de Licor 43 con naranja. "Misión cumplida", fue escuálido (sic).

Sisebuto Machancoses, el menor de los hermanos, le preguntó, con el hieratismo que le era tan propio, "¿Los tres? ¿Has visto los cadáveres?" "Sí, los tres... eh..." Un helado de saliva se petrificó en la garganta de Mariano, que no pudo responder a la segunda pregunta. No hizo falta.

En aquel momento, a 629 km. de distancia, con música de John Williams de fondo y ante la mirada atónita de los bomberos que realizaban las labores de desescombro de la antigua Pensión Angelita, Superpoco se elevaba por los aires en dirección a la Luna... Suponemos que todavía mareado porla explosión. ¡Lo importante es que estaba vivo!

Minutos después, Melitón Machancoses, que había regresado de la isla de Lost mediante una ingeniosa reclamación en la oficina de objetos perdidos, ponía en marcha en PEPDEM (Plan De Emergencia Para Dominar El Mundo) . Sacó el móvil y llamó a sus sicario Ciriaco el Gandul.

Los bomberos de Burgos tardarían en olvidar aquella jornada. Cuando todavía se estaban restregando los ojos para quitarse el polvo y tratar de convencerse de que lo de Superpoco había sido una alucinación, Mediahostia, con aspecto de fantasma, salió de allí echando leches. Fue al río a lavarse. Estaba vivo y además seguía siendo muy pulcro.

Ciriaco el Gandul se estaba preparando en ese momento un bocadillo de mortadela con mayonesa (¡puaj!). Se derramó mayonesa por la camisa cuando fue a coger el móvil. Era Melitón. "Avisa al Profesor". Cogió la bicicleta y se fue al laboratorio, sin soltar el bocadillo ni limpiarse la mancha de mayonesa.

Superpoco había sobrevivido al atentado de Wilkinson, Mediahostia también, pero... ¿qué pasaría con un pobre mortal como el Inspector Ximenes? El efecto causado por la explosión en las meninges de Ximenes fue demoledor... Se convirtió por arte de birlibirloque en UN NUEVO SUPERHÉROE: Escohombre, ¡el hombre escombro! Y lo bueno es que Ximenes, a diferencia de Superpoco y de Mediahostia, ¡tenía cerebro!

El Profesor Sanahuja ponía a punto su último experimento. Sus investigaciones acerca de las dicotiledóneas y las partículas subatómicas marginadas estaban llegando a buen puerto. Ya casi tenía listo el CPD (Cañón Pédito Dicotiledóneo). En ese momento, llegó Ciriaco el Gandul, su nariz chorreando mocos, y le entregó el mensaje.

Sento el Gros estaba retirado de las investigaciones. Actualmente regentaba un muy rentable gimnasio de cinquillo-dance. Sus grasas se movían al ritmo de una copla de Conchita Piquer mientras depositaba ordenadamente las cartas sobre un tapete de juego. En ese momento, su móvil, en modo vibrador, le hizo cosquillitas en uno de los pliegues de la barriga. ¿Cómo logró convencer Ximenes a Sento de que le ayudara? Quizás nunca lo lleguemos a saber... al menos, hasta que se desclasifiquen los documentos.

El antiguo becario Sahuquillo, ahora metido a santón de alquiler (Milagros, Procesiones y Revelaciones a Domicilio, S.L.) recibió la llamada de Sento el Gros y supo que tenía que decir que sí. Sabía que tenía mucho que aportar a la batalla que se preparaba. Recordemos que era un iluminado.

Óptimo Bruno, sin embargo, seguía siendo un cuarentuno y no había progresado nada en los últimos meses. Así que estuvo encantado cuando Sahuquillo le propuso unirse a la aventura. No tenía planes para el próximo fin de semana.


Carmona Dixit, que era la única que había leído hasta aquí, se dijo para sus adentros: "Aquí se va a liar parda". Como siempre, Camona tenía razón.

viernes, 27 de marzo de 2009

SPyMH21: ¿Y ahora qué?

Mariano, el día de su primera comuniónMariano W. Wilkinson, supermalo vocacional a tiempo parcial, contemplaba complacido su obra. Debajo de aquel montón de cascotes yacían los cadáveres de Superpoco, Mediahostia y el Inspector Ximenes... ¡tres pájaros de un tiro!

La verdad es que no están mal estás bombas que venden en las tiendas de los chinos... ¡te sacan de un apuro!, pensaba Mariano mientras mordisqueaba el caliqueño con el que le gustaba celebrar sus triunfos. Ahora los Machancoses me tendrán que ascender por cojones... a ver si me conceden la exclusiva de los titiriteros en los semáforos de Benicalap.

La verdad es que Mariano no compartía los temores de los Machancoses. Según el trío de hermanos que, desde el corazón de Benimaclet controlaba el hampa de buena parte de la costa levantina, los superhéroes de peluche y el Inspector Ximenes eran las únicas amenazas que podían hacer peligrar la amenaza que ellos mismos constituían de destrucción del mundo. Igual se puede redactar esta última frase un poco mejor, pero no tengo ganas...

O sea, que ahora los planes de destrucción del mundo, según los Machanchoses, ya tenían vía libre.

Mariano se pidió un pepito de ternera y un botellín de Mahou (no tenían, le pusieron San Miguel) en el bar de la estación de Burgos y un rato después dormitaba, cayéndole la babilla, sentado en el Tren Borreguero Burgos-Calamocha-Masarrochos (muy incómodo por cierto).

El mundo seguía rodando, ignorante por completo de la que se le venía encima... pero yo, consciente de todo lo que ha pasado, como narrador omniscente que presumo de ser (vamos, que lo veo todo por un agujerico)... me pregunto alarmado: ¿Y ahora qué?

viernes, 13 de marzo de 2009

SPyMH20: ¡Booooooooomba!

El despertador del Inspector Ximenes tenía como sonido una vieja y mala canción de King África (no confundir con el promotor de todos los combates de boxeo celebrados durante los últimos cincuenta años), de modo que el inicio del día tenía que ser forzosamente traumático.

Luego las cosas no mejoraban. El pensamiento que más veces acudía a la mente del avejentado investigador era "¿Qué cojones estoy haciendo aquí?"

Bien es cierto que Superpoco y Mediahostia no parecían tener demasiado claro ni el programa de enseñanza ni los métodos didácticos que iban a utilizar en su nueva Escuela para Superhéroes Superpoco y Mediahostia, de la que el Inspector Ximenes era el único alumno matriculado (y con beca).

De modo que el Inspector Ximenes, a falta de algo mejor que hacer, se pasaba el día enganchado a Internet repasando, sobre todo, una página que había encontrado buscando su propio nombre en Google. En esta página aparecían narradas con cierto sesgo, mas no sin cierta gracia, algunas de las aventuras más gloriosas que había protagonizado él mismo, la lectura de las cuales le regocijaba en su fuero interno.

Pero un día, descubrió a Superpoco y Mediahostia discutiendo acerca de unos visillos verdes. Ximenes, más sagaz que un Gamyi, supo que ahí había caso y esperó y esperó y así se enteró de los planes de los temibles hermanos Machancoses.

- ¡Un momento! ¡Yo conozco a los Machancoses! -irrumpió e interrumpió Ximenes.
- Huy, me parece que le vamos a tener que incluir una asignatura de Educación para la Ciudadanía a este cenutrio (Nota del autor.- Página estrella de Ínfulas). ¿Es esa forma de entrar en un despacho? Salga usted, Ximenes, llame a la puerta, pida permiso para entrar y si se le concediere, pasará usted, retirándose a sus labores en caso contrario -reconvino Mediahostia con un lenguaje decimonónico que no le era propio cuando sólo era un butanero.

Minutos después, y pese a las múltiples interrupciones y correcciones sintácticas y morfológicas de Mediahostia, Ximenes había conseguido explicar lo que sabía de los Machancoses.

- No hay tiempo que perder. Tenemos que trazar un plan para anular la Amenaza Machancoses- tomó la iniciativa Superpoco, que hasta ese momento había permanecido extrañamente callado.

En ese momento, sin venir a qué, todos los allí presentes se pusieron a reflexionar. Superpoco se rascaba la perilla. Mediahostia acariciaba su pico. Ximenes se llevaba el dedo al ala del sombrero.

- ¿Qué hora es? -preguntó Mediahostia.
- No sé. No tenemos reloj.
- ¿Y ese tic tac?

En ese momento, una horrible y estruendosa explosión convirtió en una montaña de escombros lo que en otros tiempos había sido la Pensión Angelita, luego la Escuela para Superhéroes ChurreríaCanutoSusChurrosEnUnMinuto y, finalmente, y con una brevedad dolorosa, la Escuela para Superhéroes Superpoco y Mediahostia.

(¿continuará?)

viernes, 6 de marzo de 2009

SPyMH19: ¡Patatas traigo!

Superpoco y Mediahostia estaban preocupados:
- Ya hace un par de meses que hemos abierto la escuela y todavía no tenemos ni un solo alumno -exponía Superpoco con el ceño fruncido.
- Los visillos verdes quedan taaaaaaaaaan bien -seguía Mediahostia a su puta bola.
- Yo creo que deberíamos poner un cartel de ¡MATRÍCULA ABIERTA! o algo así.
- ¿Decías algo?
- ¡Patatas traigo!




Let me introduce me, soy el detective Andwhat XimenesEl Inspector Ximenes se había gastado todos sus ahorros en barrachats. Estaba acabado. Desde que Sento el Gros había abandonado la investigación de expresiones (para dedicarse al mucho más rentable negocio de montar timbas clandestinas de cinquillo para las abuelas del Cabanyal), él sólo había conseguido algún qué otro trabajillo investigando el origen de alguna onomatopeya o algo así. ¡Onomatopeyas! Había caído lo más bajo que podía caer. A las alcantarillas del detectivismo expresional.

Un día, sin saber por qué, despertó con una resaca gigantesca en la estación de trenes de Sagunto. Y decidió empezar de nuevo, decidió ir a dónde había sido feliz. Y recordó que una vez se comió una rosca en Burgos, en la Pensión Angelita. Y como resulta que en ese mismo instante paraba en el andén el Tren Articulado Lento del Copón Sagunto-Burgos, en él que se subió.

El viaje (de 48 horas) fue un infierno. No sólo por lo incómodas butacas de listones de madera, sino también por lo cansino que se ponía el revisor con no sé qué de que había que pagar el billete.

Al llegar a Burgos, guióse Ximenes por el instinto y sus pies cansados, doloridos y malolientes le encaminaron a la antigua Pensión Angelita, hoy transformada en la Escuela de Superhéroes Superpoco y Mediahostia. Decepcionado, sin embargo, entró Ximenes y se encontró con una pareja de lo más peripatética: un peluche con los pies en cemento y un pingüino que leía alborozado el diario deportivo pues su equipo se había clasificado para la final de no sé qué copichuela.

- Perdón, yo...
- ¡BIENVENIDO! - espetó Superpoco.
- ¿Quieres ser superhéroe? ¡Has venido al lugar indicado! - contribuyó Mediahostia.
- Bueno, yo...
- Mira en tu interior y seguro que encuentras potencial.
- Bueno, sí, la verdad... Creo que soy capaz, tenaz y perspicaz.
- ¿Y torcaz?
- ¡Quizaz!
- Pues enhorabuena: ya estás matriculado.

(Tantas ganas tenían de tener un alumno que ni siquiera le pidieron dinero al pobre Ximenes)


(Ximenes, aclaro para los menos veteranos lectores, es un clásico de esta casa. Recomiendo muy encarecidamente la lectura de sus casos de investigación de expresiones y la serie Patatas Traigo, que igual continúa un día de estos).

viernes, 20 de febrero de 2009

SPyMH17: Intermezzo

Mientras el mundo se venía abajo...

Mientras los valores preconizados por los milenarios garantes morales de esta sociedad se desmoronaban...

Mientras el futuro de la Humanidad peligraba...

Mientras la economía temblaba y amenazaba con caer irremediablemente como un castillo de naipes que se basa en un cuatro de bastos...

Mientras los Machancoses amenazaban con hacerse con el poder del mundo...

Mientras el Valencia CF no veía el momento de pagar sus deudas...

Mientras los jueces se ponían en huelga...

Mientras Melody era abandonada por los Vivancos poco antes de las últimas pruebas para determinar el nuevo representante español en Eurovisión.

Mientras haya vida hay esperanza, sí, pero...

¿No tenían nada mejor que hacer Superpoco y Mediahostia que elegir el color de las cortinas de la nueva Escuela para Superhéroes Superpoco y Mediahostia?

viernes, 13 de febrero de 2009

SPyMH1x16: Back to the school

Cuando recibió la carta de Superpoco, Mediahostia, percibiendo el triunfo de su amigo como propio, corrió al despacho del Canuto con afán de restregarle al tirano director de la escuela la victoria del hijo díscolo. Pero quiso la mala fortuna, que el director, en aquellos momentos recibiendo una llançolà, le despidiera con cajas destempladas.

Pero el destino demostró ser un jugador travieso de dados (o algo), porque justo cuando Mediahostia volvía apenado del despacho del Canuto, se dio de bruces con Superpoco que había venido a visitarle. "¿Le has hablado de esto al Canuto?", fue su saludo. "No he pod...". "¡Bien!"

Y entonces le contó su plan.

Minutos más tarde, Mediahostia volvía al despacho del Canuto. "Mira quien ha venido a vernos" y entonces entró Superpoco.

Hablaron de vanalidades. Superpoco le dio las gracias a Canuto porque, según dijo, le habia ayudado a darse cuenta de que no se veía a si mismo sacrificándose lo suficiente como para llegar a ser un buen superhéroe y le confesó que había hecho bien en irse, porque gracias a ello había descubierto su verdadera vocación: los masajes.

"Soy muy bueno haciendo masajes. ¿Quieres que te haga uno?", fue la sorprendente proposición de Superpoco, que pilló al Canuto en fuera de juego.

Cuando el Canuto cerró la boca fue para aceptar, aderezando la respuesta con su habitual sentido del humor que-no-tiene-ni-puta-gracia. "Pero que sea con final feliz".

"Vale".

La ejecutora de la llançolà, que aún estaba por allí, no daba crédito (como Botín, ese personaje de ficción).

Ejecutó Superpoco una faena de un par de orejas y el rabo, valga el chiste malo. (Tiene que valer, esto es Ínfulas).

Según los planes de Superpoco, a los pocos minutos estaba Canuto cantando La Traviata por soleares. He aquí un breve resumen de lo que confesó:
- Canuto no era sino un sicario a sueldo de Melitón Machancoses que le había confiado la misión de mantener a Mediahostia y Superpoco fuera de circulación durante una temporada.
- Melitón Machancoses estaba trabajando con sus primos para desarrollar un arma superpotente que sirviera para dominar el mundo.
- Canuto nunca fue tan feliz como cuando regentaba la Churrería Canuto Sus Churros En Un Minuto.
- Canuto se llamaba así por su afición al parchís (?).
- Canuto era socio compromisario del Real Madrid.

Cuando oyó esto último, Superpoco ya no lo pudo aguantar más y emitió su famoso ¡SUPERGRITO REPELENTE! que provocó... bueno, en este caso, sólo dejó a Canuto en coma un par de meses, tiempo que aprovecharon nuestros superhéroes favoritos para acondicionar la...

miércoles, 4 de febrero de 2009

SPyMH1x15: Superpoco, la primera en la frente

Uno de los recortes de prensa acumulados por Superpoco. Fotocopiados y enviados a Mediahostia, quien todavía seguía lavando coches para el Canuto en la presunta Escuela para Superhéroes.

Rocambolesca historia desemboca en la detención de una célula peligrosa islamista
Autodesignado superhéroe, masajista con pies de cemento, salva la ciudad de un ataque terrorista
Por Baldomero Bis Bald (Barcelona)
Todo empezó en la Casa de Masajes Onan, regentada por el ciudadano turco Onan Dugluglu, en la que prestaba sus servicios como masajista José Antonio Orozco Comesaña, quien se autodenomina a sí mismo Superpoco. Todos los idicios apuntan a que en la citada casa de masajes estaba el cuartel general de la célula Alah Acá, que estaría planeando volar el Edificio Polla.

Inexplicablemente, la totalidad de los miembros del grupo, comandados por Onan Dugluglu, se entregaron a la policía, confesando todos sus planes, llorando como niños y prometiendo que no lo volverían a hacer. Todo con tal de no volver a ver a Superpoco. Según ha podido saber este corresponsal, Superpoco habría averiguado los planes del grupo terrorista gracias a unos superpoderes consistentes en hacerles un masaje con aceite de oliva virgen extra. El propio Superpoco confiesa que no sabía que tenía este superpoder. A continuación, víctima del miedo y el terror, el masajista habría exclamado ¡JOLINES! con un tono de voz tan irritante que los islamistas no lo pudieron soportar y corrieron despavoridos a entregarse a las autoridades, bajo la promesa de estas de obtener una orden de alejamiento de Superpoco.

Hay mucho loco suelto.


Junto al recorte, había una nota manuscrita del puño y letra de Superpoco:
¡MISIÓN CUMPLIDA!
¡LA PRIMERA EN LA FRENTE!

jueves, 29 de enero de 2009

SPyMH1x14: La casa de masajes de Superpoco

Al principio no entendí nada de aquel sueño. Si es que podemos llamarlo sueño, porque quizás fuese más correcto llamarlo ensoñación introspectiva.

Lo único que sé es que cuando el punto blanco se cerró sobre si mismo, salí de la cama, recogí mis cosas y me largué de aquella casa inmunda que el sinvergüenza de Canuto tenía la poca decencia de llamar escuela. Ni siquiera me despedí de Mediahostia.

Cogí el primer autobús que salía de la estación y unas horas después estaba en Barcelona, donde, por cabronadas del destino, no conocía a nadie. Así que pasé unas semanas pernoctando en los cajeros, hasta que un día, por azar, coincidí en unos urinarios públicos con alguien que iba a cambiar mi vida.

Sí, ya sé que si os cuento que he conocido a alguien en los urinarios públicos, la mayoría pensaréis que el conocimiento es de cierto tipo. Me da igual lo que penséis, lo cierto es que necesitaba ayuda y Onan Duglugu (a quien días después yo salvaría de morir ahogado) me la prestó.

Onan era turco y pajillero. Conocía todas las casas de masajes del Raval y me consiguió un puesto de mamporrero en cierto tugurio del barrio. Ese fue el inicio de una carrera meteórica que culminaría meses después con la inauguración de mi propia casa de masajes Masajes Onan. Vale, no era sólo mía, Onan y yo éramos socios, y si bien era cierto que él tenía la mayoría de las acciones, yo tenía la llave del éxito: mis manos prodigiosas.

Entonces entendí aquella introspección ensoñativa. Con sólo untarme un poco de aceite en las manos, yo podía conseguir auténticas maravillas.

jueves, 22 de enero de 2009

SPyMH1x13: Aceite en las manos

Este es Superpoco¿Y qué pensaba Superpoco de todo lo que estaba pasando?

La verdad es que no pensaba nada. Se había dejado convencer por Mediahostia de apuntarse en la Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto como se podría haber dejado convencer de inscribirse en un curso de masajes tailandeses. Estaba atravesando una época nihilista de su vida, le daba igual ocho que ochenta, estaba de bajona.

Así que seguía todo el "programa didáctico" de Canuto sin levantar la voz, sin protestar por la evidente tomadura de pelo del churrero. Tampoco le daba bola a las protestas en voz alta que todas las noches (a modo de diálogo entre Epi y Blas) exponía con frustración el alma de cántaro de Mediahostia.

Superpoco se había unido al club de Se Dejaba Llevar.

Hasta que una mañana, sin motivo aparente, se quedó en la cama a dormir "cinco minutos más". Cinco minutos más que se fueron acumulando y que llegaron a ser horas. El pobre de Mediahostia protestó levemente, le advirtió del posible castigo del Canuto y, sin más, se fue a hacer footing (primera actividad del día, según el estricto horario de la escuela).

"Mira en tu interior: ahí está el poder", era el mantra preferido del Canuto. Y en duermevela, con la modorra, Superpoco miró en su interior. ¿Y qué vio? ¡La nada más absoluta!

Eso fue al principio, luego vio un punto blanco allá a lo lejos. Un punto que lentamente fue creciendo hasta convertirse en un punto gordo. Recordemos la teoría del punto gordo: una línea paralela sólo puede tener otra paralela que pase por un punto, excepto si el punto es lo suficientemente gordo.

Cuando el punto fue suficientemente gordo, Superpoco comenzó a ver imágenes inconexas en su interior. Primero vio a los Ramones tocando "Rock'n'roll highschool", una de sus canciones favoritas. Luego vio a la Gallina Caponata y al Caracol Perejil, junto a Espinete y Don Pinpón. Todo era muy extraño. Después de todas esas imágenes inconexas, apareció el propio Superpoco huntándose las manos con aceite de oliva virgen extra.

¡Qué cojones quería decir todo aquel galimatías!

Incomprensiblemente, Superpoco supo interpretarlo y dio lugar al primer superpoder controlado que tuvo nuestro superhéroe favorito. Pero eso lo veremos la próxima semana...

jueves, 15 de enero de 2009

Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto

Mediahostia estaba agotado. Agotado y cabreado. Y decepcionado. No pensaba que la Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto fuese a resultar un fiasco de las proporciones de una mierda de elefante estreñido desde hace meses que no puede más y...

Pero vayamos por partes. En contra de todo pronóstico, los Reyes Magos (de los cuales Iker Jiménez dudaba y mira tú por dónde) hicieron entrega a Mediahostia del superpoder que les había pedido: el superpoder de acertar la primitiva. Además, el Athletic ganó en el Calderón y se alejaba de los puestos de descenso. Pero eso no nos importa ahora, lo que importa es que Mediahostia se hizo con un pellizco considerable y, como Superpoco estaba ya medio convencido de formar un tándem de superhéroes con Mediahostia, se inscribieron en la Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto.

Todo parecía ir sobre ruedas (sobre todo, Superpoco, que aún no se había desembarazado de los pies de cemento armado que le habían regalado Melitón Machancoses y sus secuaces, con lo cual tenía que desplazarse en una carretilla habilitada a modo de monopatín), pero cuando llegaron a la Escuela y vieron el percal se les cayó el alma a los pies.

Aquello parecía la Pensión Angelita (Burgos), un piso viejo, con una limpieza no demasiado exhaustiva, donde siempre hacía frío y con un único profesor: el ínclito Canuto. De acuerdo, quizás las expectativas de Mediahostia eran un poco elevadas (él se había imaginado una especie de Hogwarts para superhéroes), pero es que el "centro formativo" regentado por El Canuto no llegaba ni al ínfimo nivel de la Escuela de Policías de Torrente.

Además, el programa didáctico era realmente desalentador. Nada de asignaturas para cada superpoder ni prácticas con villanos de coña ni realidad virtual ni simuladores de vuelo. Lo único que hacían Superpoco y Mediahostia (los dos únicos alumnos matriculados, lo cual ya de por sí era sospechoso) era levantarse tempranísimo, hacer footing sobre unas calles heladas, conducir quitanieves hasta mediodía y luego dedicar toda la tarde al lavadero de coches con que el Canuto redondeaba su economía.

El Canuto era muy fan de la filosofía "Karate Kid" y, según él, el sacrificio era lo que forjaba el espíritu de un auténtico héroe. Eso y el mantra "Mira en tu interior: ahí está el poder", parecía ser toda la teoría sobre superhéroes que manejaba el Canuto.

Mediahostia, en la cama, molido de cansancio y cabreado, comenzaba a sospechar que el Canuto les estaba estafando.

miércoles, 7 de enero de 2009

La carta a los Reyes Magos de Mediahostia

Queridos Reyes Magos,

Este año he sido un pingüino de peluche muy bueno, excepto por alguna borrachera que he pillado con mi amigo Superpoco, pero eso no cuenta, que vosotros también os ponéis hasta las cejacas de incienso, que no creáis que no sé que eso coloca también. La mirra no sé lo que es pero también suena sospechosa.

Bueno, tampoco quiero meterme demasiado con vosotros, que lo que interesa aquí es que yo pida unas cuantas cosas y vosotros me las concedáis. No voy a entrar tampoco en disquisiciones sobre si los Reyes son los padres. Eso que se lo cuenten al Príncipe Felipe. A mi quienes me tenéis que conceder los deseos sois vosotros.

Puede que esta carta os esté sonando un poco amenazante. Si es así, quizás es porque en el fondo contiene amenazas veladas. No, no es que haya puesto negativos de amenazas a la luz, es que a lo mejor si yo hago uso de mis superpoderes (bueno, del ¡SUPERPEDO INCENDIARIO!, que es el único que domino), vuestros pajes y vuestros camellos lo pueden pasar mal.

Mejor será que nos llevemos bien. Nos ayudamos los unos a los otros y así todos contentos. Por mi parte, os ofrezco un servicio gratuito, quitando de enmedio al gordo de la barba blanca y el traje rojo, pero eso tendrá que ser cuando ya controle mis superpoderes y forme una pareja invencible junto a Superpoco.

En realidad, sólo os voy a pedir un "juguete": el superpoder de adivinar la combinación ganadora de la Primitiva. Es que, sabéis, me hace falta el dinero para que Superpoco y yo nos apuntemos a la Escuela para SuperHéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto. Es que mi empresa había presentado un ERE y yo contaba con el dinero del despido para inscribirnos en la escuela, pero no acaba de llegar ese dinero. Una vez que nos apuntáramos y nos sacáramos el título, el resto sería pan comido. Tampoco os pido tanto, ¿verdad?

Bueno, va, también os pido otro favor: que el Athletic no baje este año. Aunque la cosa está chunga...

En fin, que me perdonéis si he sonado un poco amenazador y eso, pero que espero que me traigáis lo que os pido. Dejo tequila y unos porros en los zapatos por queréis parar y relajaros un poco tras esa noche que para vosotros es tan ajetreada.

Ah, y ya sé que esta carta llega tarde. Que el día de Reyes ya pasó y que vosotros estaréis ahora bebiendo un daiquiri y tomando el sol en una playa del Caribe. No me importa que no me hagáis entrega del material inmediatamente: con que disponga de él en 48 horas será suficiente.

Con cariño y amor, os quiere.

Mediahostia

miércoles, 31 de diciembre de 2008

La Nochevieja de Superpoco

Mediahostia odiaba las Navidades. Si, habitualmente, estas fechas tan señaladas que la tinta de los calendarios está emborronada son bastante insufribles para la gente solitaria, para un pingüino de peluche, mucho más. Se da el caso de que al caminar por la calle, debía esquivar los manotazos de los críos, que lo creían el regalo que les traía el obeso del pelo blanco y el ridículo traje rojo.

Además, estaba un poco deprimido porque no tenía noticias de Superpoco. Desde que le había hecho el ofrecimiento de apuntarse a la Escuela para SuperHéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto, su amigo no había vuelto a dar señales de vida. Bueno, practicaré yo solo, y si este no dice nada, me apuntaré a la escuela por mi cuenta y si te he visto, no me acuerdo, se dijo el pingüino en euskera de Barakaldo, mientras cogía un par de botellas de butano.

A todo esto, de momento no tenía noticias de su empresa. El rumoreado ERE de momento no se había materializado en noticias reales. La vida podía ser una verdadera mierda, sobre todo en Navidades.

***************

Superpoco, por su parte, disfrutaba como un enano de estas fiestas. Y eso que sus problemas de movilidad (sus pies aún estaban unidos a una plataforma de cemento armado hasta los dientes) le procuraban problemas a la hora de coger caramelos en las cabalgatas que presenciaba. De todas formas, se aprovechaba de sus superpoderes para conseguir las golosinas que iban dirigidas a los niños, sobre todo de la supermirada de intensidad insoportable que como no me hagas caso te destruiré en menos de un microsegundo. Los niños no podían soportarla y, en lugar de entrar en contienda, lloraban desconsoladamente cuando la recibían, de modo que Superpoco tenía problemas con los airados padres y las histéricas madres.

Aparte de ir a cabalgatas, a Superpoco le gustaban las Navidades porque se podía poner todo tipo de adminículos que le encantaban: cuernos de reno rojos, gorros de Papa Noel, gafas con linternas láser, coronas de Burger King, manos gigantes... todo un mundo de diversión.

At last but not least, Superpoco disfrutaba de las Navidades porque se podía poner ciego. A Superpoco le encantaba tirarle a los palomos, churrarse, ponerse hasta el culo de cervezas, ron y cava... Se lo pasaba bomba yendo a los supermercados y tomando todo el jamón y el cava de degustación que le ofrecían. Turrón no cogía, que le daba gases.

Sin saber como, había llegado la Nochevieja y Superpoco estaba en un bar de mala muerte donde al son de las doce campanas nuestro colchonero amigo trasegaba indistintamente chupitos de ron, de tequila y de baileys. Ignota mezcla, que produzco reacciones insospechadas en el estómago del peluche que sólo quería ser tu amigo. De repente, Superpoco empezó a sentirse mal. Y profirió su temible: ¡Jolines!, que tuvo como efecto secundario indeseado que irrumpiera un vortex procedente de Casiopea (vino en metro) y se llevara por delante a todos los parroquianos del bar (que un día de estos aparecerán en la isla de Lost).

Horas más tarde, cuando ya había amanecido, a Superpoco le sobrevino la fase de melancolía que toda borrachera trae tarde o temprano, y como quiera que por aquel entonces pasaba junto al Manzanares, cerca de donde en su día conociera a Mediahostia, unas gruesas lágrimas cayeron de sus ojos de tela. En ese momento decidió llamar a Mediahostia y decir simplemente: Acepto.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

El eso de Mediahostia

La ciudad está en ruinas y el pavor crece por doquier. Una amenaza externa, qué se yo... pongamos extraterrestres asesinos y sádicos que quieren dejar a la Tierra sin agua y sin mujeres ha venido a tocar los cojones de los terrícolas y la ha liado gorda.

Las inmensas naves matrices proyectan su sombra sobre el Estadio de La Peineta, lo cual es extraño, pues ese día no hay partido, ni tampoco tablao flamenco.

El Ejército gasta sus últimas balas, en vano, ante una potencia de fuego claramente superior. Rendirse nunca pero... ¿salir corriendo es una opción válida? No seré yo quién diga que no. Lo que está claro es que la situación es grave, diríase desesperada... si no fuera por...

¡SUPERPOCO Y MEDIAHOSTIA!

Ahí vienen nuestros superhéroes favoritos, firmando autógrafos y haciendo piruetas en el aire (ya han aprendido a volar sin estar borrachos).

Superpoco maneja con soltura unas Bolas de Dragón (imitación china casi perfecta) y Mediahostia lleva puestos los tropocientos Anillos del Poder que Sauron forjó para dominarlos a todos. Los marcianos de los cojones se van a acojonar cuando los vean fijo.

Lo malo es que no miran, porque están todos muy ocupados siguiendo por cosmovisión la final de la Liga Marciana, disputada entre el Marciatlético y el Marciathletic. En contra de lo que podría suponerse, en lugar de aprovechar la ocasión para lanzar un ataque sorpresa, Superpoco y Mediahostia se hacen hueco a base de codazos en la sala de cosmovisión de la nave nodriza marciana y comienzan a tifar cada uno por el equipo marciano hermanado con el terrestre de sus amores.

Los marcianos les acojen de buen rollo. Y poco a poco comienza a fluir el elixir de la exaltación de la amistad. Y al final, marcianos y superhéroes, ya sin saber que ha ganado el Marciathletic (1-0 gol de penalty que no era en el último minuto, pitado injustamente por Mejuto Marciánez), cantan hermanados y emocionados aquello de "Alcohol, alcohol, alcohol-alcohol-alcohol... hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual" (los marcianos lo cantan con un gracioso acento andaluz).

La resaca al día siguiente es tremenda y por un momento Mediahostia y Superpoco parecen haber olvidado las promesas de amistad eterna que se profesaron la noche anterior con los marcianos... pero cuando despierta el jefe y les invita a desayunar con él, lo recuedan todo... Y acaban con el conflicto de manera pacífica.

Los marcianos se van de la Tierra entre vítores de "Volved pronto" y "Nos escribimos por el Messenger", proferidos por la multitud, que ya en menos de 24 horas ya ha erigido centenas de estatuas de Superpoco y Mediahostia, considerados desde ya y para siempre SUPERHÉROES PREDILECTOS DE LA TIERRA.

En eso, Mediahostia se despierta y se da cuenta de que todo era un sueño. Va rápido a conectarse al ordenador y... ¡decepción! Superpoco todavía no ha contestado.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mediahostia y Superpoco chatean por el Messenger

Mediahostia: HL. STAS X AY?

Superpoco: ¿?

MH: K S STAS X AY

SP: ¿Qué cojones estás diciendo? A mi o me escribes como dios manda o ya hemos acabao…

MH: No si a mi también me cuesta un huevo escribir así, pero como por Messenger todo el mundo lo hace, pues yo pensaba que…

SP: Yo pensaba, yo pensaba… Que quede bien clarita una cosa: si algún día hacemos una pareja de superhéroes, tú eres el que actúa y yo el que piensa… ¿Capito?

MH: ¡Qué pito! Nontiendoná…

SP: Dejémoslo estar… ¿Qué ha hecho el Athletic esta semana?

MH: Ganó, pero de todas formas la victoria se ha visto empeñada por…

SP: Será “empañada”.

MH: ¿Eh?

SP: Nada, nada… que sigas…

MH: Pues eso… que ha habido rumores de una compra de un partido al Levante, para que no bajaran y eso… Felacias.

SP: ¿Felarías?

MH: Eso, eso digo yo…

SP: Calla, calla, que luego salen noticias sin fuste en los periódicos… que ya no saben lo que inventarse…

MH: Oye, ¿te conté que me compré una capa y una escoba en el Lidl?

SP: No, no me dijiste nada. La capa mola, pero… ¿para qué quieres la escoba?

MH: No sé, ya se me ocurrirá algo… Un día de estos puede ser necesaria para “barrer a los malos de la faz de la tierra”.

SP: Eres de lo que no hay.

MH: ¿Lo soy?

SP: Sí, tonto… ya lo sabes… afortunadamente eres de lo que no hay… jajajaja…

MH: Como te gusta tomarme el pelo.

SP: Pues sí, es verdad, no lo voy a negar… Pero en el fondo sabes que te quiero…

MH: Oye, ¿sabes? Hay rumores de que en mi empresa va a haber un ERE y he estado pensando que… si me echan a la calle…

SP: ¿Qué? Desembucha, por Dios…

MH: Que si me echan a la calle, nos lo podríamos montar juntos. ¿Qué opinas?

SP: Mmmm… no sé… no corren buenos tiempos para el negocio de los superhéroes. La crisis también nos está afectando.

MH: No te veo muy ilusionado.

SP: La verdad es que sí que me hace ilusión, pero hay que valorar pros y contras… no tirarse al puente (sic), antes de tener una idea clara de las cosas…

MH: Pues vaya…

SP: Además, nosotros somos unos superhéroes novatos… Ni siquiera sabemos cómo controlar nuestros superpoderes…

MH: Por eso no te preocupes. He cogido unos folletos de la Escuela para SuperHéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto y creo que allí nos pueden preparar guapamente…

SP: Pero eso debe ser carísimo.

MH: Por eso no te preocupes… Yo invierto lo que me den de indemnización en la matrícula…

SP: En TU matrícula. ¿Y yo qué?

MH: La tuya también la pagaría yo.

SP: Mmmm… no sé, no me gusta tener deudas…

MH: Venga, vaaaaaaaaaaa… hazlo por mi. El mundo necesita una pareja de superhéroes tontorrones, hay mucho supervillano por ahí (mira el Pocero Malo, por ejemplo)… Y si lo piensas bien, es un negocio con mucho futuro… porque mala gente siempre va a haber… Venga, va… prométeme que te lo pensarás.

SP: Bueno, vale, lo consultaré con mi almohada… pero no te hagas muchas ilusiones.

Nos ahorramos la despedida, que, como suele ocurrir, fue larga y no aportaba nada a la narración (ya sabéis, eso de “cuelga tú”, “no, cuelga tú antes”, “venga, va, a la de tres… una, dos y… ¿aún estás ahí?”, trasladado al mundo cibernético). Sólo diremos que, pese a las indicaciones en contra de Superpoco, esa noche Mediahostia sí se hizo ilusiones.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

La lista de la compra de Mediahostia

Nos hablamos por el Messenger
Después del fin de semana increíble en el que el Athletic se hizo con los tres puntos en el siempre complicado campo del Vicente Calderón. Después de que durante ese mismo fin de semana, Mediahostia conociera a Superpoco, se liaran a mamporros, se dieran cuenta de que ambos eran superhéroes… Después de que se fueran de farra y de que salieran volando del bar… ¡Menuda resaca!

Los simpáticos lectores de Ínfulas tendrán, sin duda, nociones acerca de los efectos demoledores de una resaca provocada por una borrachera de 20 cervezas, cinco gin-tonics, dos copazos de pacharán y diez chupitos de orujo de hierbas, amén de dos carajillos de terry… Lo que no pueden saber nuestros lectores es el efecto multiplicador que tiene toda esa ingesta etílica cuando eres un superhéroe. Este es uno de los superpoderes absurdos que comentábamos hace unos días: ¡LA SUPERRESACA!

¿Que para qué sirve? ¡Ni idea! Por eso es un superpoder absurdo.

El caso es que después de un domingo de superresaca durmiendo a la vera del Manzanares entre escombros, heces, vomitonas y cagadas de pato, Mediahostia se dio cuenta de que tenía que coger el autobús de regreso a Bilbao si no quería llegar tarde al curro de repartidor de butano aquel lunes.

“Nos hablamos por el Messenger”
, fue la despedida de Superpoco, que dormitaba a su lado, con las comisuras de los labios blancas de saliva reseca (guacheras) y un dolor de cabeza del tamaño de una galaxia.

La vieja a Bilbao fue un invierno, toda Castilla El Viaje estaba nevada.
Las máquinas quitanieves, pese a las protestas de un doble de Harry Potter que se pasó todo el trayecto refunfuñando, no hicieron acto de presencia. Ya llegando a Logroño, tras la preceptiva rima fácil, el autobús hizo una pausa “para que se alivien los pasajeros”, momento en el cual Mediahostia salió para estirar las piernas. Y el efecto del estiramiento llegó hasta sus intestinos, de modo que compuso lo mejor que pudo y apuntando hacia la carretera, uno de sus temibles ¡PEDOS INCENDIARIOS! Y fue así que la calzada hasta el mismo Bilbao quedó expedita (¿lo pilláis? ¿lo pilláis?).

El lunes no lograba dar pie con bola nuestro pobre Iñaki. Suerte que tras un día interminable, se hicieron las ocho, hora de finalización de la jornada laboral de nuestro pingüino-butanero-superhéroe. Lo malo es que cuando ya degustaba las mieles del sofá al llegar a casa, su madre salió a su encuentro y sin ni siquiera darle un beso a su buen hijo, le puso un postit en la mano y le arengó: “Venga, vete rápido pal super, que cierran”.

Dado el interés documental que tiene dicho postit, que ha caído en las manos de este humilde narrador, lo reproducimos a continuación, ya que es posiblemente la primera lista de la compra de un superhéroe imaginario y absurdo que se publica en un blog chorra:
- Cuarta y mitad de Pavofrío, cortado en lonchas finas, que es para el niño.
- Limpiahogar general con bioalcohol, garrafa de 10 litros (envase familiar).
- Pan de molde sin corteza, 500 gr.
- Palomitas para microondas, seis cajas.
- Zumo de piña.
- Una lata de berberechos.
- Dos kilos de manzanas.
- Y si quieres, te puedes comprar alguna chuchería.

Esta última línea está tachada, pero hemos podido saber que Mediahostia fue a comprar a un Lidl, porque cerraban más tarde. Y como es sabido que en esos comercios venden mayormente cosas absurdas, aprovechó la licencia materna para comprarse dos chorradas que pensó que le servirían en su meteórica carrera superheróica: una capa de superhéroe y una escoba que estaba muy bien de precio.

Estaba deseando llegar a casa para conectarse al Messenger y contárselo a Superpoco.

(to be continued...)

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Así se conocieron Mediahostia y Superpoco

Este es SuperpocoBuenas tardes, amigos del morbo. Bienvenidos un miércoles más a vuestro programa de cotilleo favorito. Mientras otros ponen el dedo en la llaga, nosotros metemos el dedo en el ojo.

Hoy contamos con la presencia en nuestros estudios con una pareja que, sin duda alguna, hará mucha ilusión a niños, pequeños, menudos, grandotes, abueletes y prejubilados. Ellos son, ni más ni menos, Superpoco y Mediahostia. Un fuerte aplauso para nuestros superhéroes favoritos.

Presentadora (P): ¡Bienvendidos a nuestro humilde programa!

Superpoco (SP): Gracias, gracias… Mediahostia y yo estamos muy contentos de estar aquí y poder contar nuestras intimidades a tanto desconocido que nos admira.

Mediahostia (MH): Bueno, yo en realidad, vengo por la pasta… Es que me he enviciado al juego de la rana y se me va el sueldo… Y el sueldo de superhéroe tampoco es tan alto como la gente se cree…

P: Bueno, bueno, esas cosas no sé si interesan a nuestros telespectadores…

MH: ¿Y qué es lo que interesa a nuestros telespectadores?

SP: Yo te lo diré: nuestros telespectadores quieren carnaza.

MH: Démosles carnaza, pues. Venga, Asun, dispara… Responderemos a todo lo que nos preguntes.

P: Ahí vamos. La principal razón por la que os hemos invitado hoy aquí es para que nos contéis cómo os conocisteis…

SP: ¿Que cómo nos conocimos? ¡Uffff! Eso fue hace mucho tiempo… (musiquilla de flashbacks e imágenes detrás de unas nubes, Superpoco habla en off. Mediahostia de vez en cuando le interrumpe. Asun, la presentadora, de vez en cuando les interrumpe a los dos)

SP: Yo me había librado de unos gangsters gracias a mi ¡SUPERGRITO REPELENTE! Pero estaba atrapado en una palangana llena de cemento armado hasta los dientes. Estaba al lado del río y hacía frío. Y así pasaron los días, y yo desesperando, y tú, tú contestando, quizás quizás quizás…

MH: Superpoco se quedó atrapado en la palangana de cemento varias semanas, hasta que el Athletic de Bilbao visitó el Vicente Calderón y yo, que para entonces ya era consciente de mis poderes, me desplacé con el equipo para disfrutar de una victoria de los leones en el feudo colchonero. A la salida, estaba un poco piripi porque, con el perrito caliente que me tomé para merendar, me había tomado una cerveza caliente, desventada y sin alcohol. Por lo visto, no me sentó muy bien, ya que cuando me separé de la comitiva que regresaba en cívica procesión hacia los autobuses, para hacer mis necesidades by the river… vi allí, solo y desamparado a Superpoco

SP: De desamparado nada, que llevaba conmigo la medallita de la Virgen de los Desamparados que me regaló mi mami y que siempre me acompaña… Yo vi llegar a Mediahostia haciendo eses y con la chorra en la mano y pensé que venía a violarme, así que me concentré, me concentré…

MH: Y no pasó nada. Simplemente, que me acojoné por el color de piel que tomó la cara de Supercoco. Así que…

SP: Así que nada… Le pegué un ¡SUPERGRITO REPELENTE! de los míos y el tío se tiró uno de sus ¡PEDOS INCENDIARIOS! Y allí mismo comenzó una batalla incruenta…

P: Y un poco ridícula, ¿no?

SP (ignora el comentario poco afortunado de Asun): El caso es que nos tiramos allí dos horas, yo soltando supergritos y aquí el colega tirándose pedos incendiarios… Una verdadera lucha de titanes.

MH: Hasta que nos cansamos… Y nos dimos cuenta de que los dos éramos buenos e indestructibles. Supimos que teníamos una misión que cumplir.

SP: Irnos de cañas. Bueno, la misión de aquí Mediahostia, de entrada, fue ir a por una carretilla y llevarme a un bar que yo conocía, donde nos pegamos una cena de tres pares de cojones (con perdón).

MH: Allí se cimentó nuestra amistad, nunca mejor dicho… ¿Lo pilláis? ¿Lo pilláis? ¡Se cimentó! JUAS JUAS JUAS…

SP: Luego salimos volando de allí.

MH: Entonces fue cuando nos dimos cuenta de que podíamos volar… Este estaba graciosísimo volando por Madrid con los pies de cemento esos tan bonitos que tiene.

P: ¿Y respecto a vuestra sexualidad? ¿Qué nos podéis contar?

SP: ¡Oh! Creo que nos tenemos que pirar echando leches… Debe haber por ahí una alarma sonando que percibo con mi superoído. Hasta otra.

MH: Eso. Adiós. Muy buenos los canapés. Felicite a la empresa de catering.

viernes, 21 de noviembre de 2008

El origen de Mediahostia

El origen de Mediahostia es humilde… y vascuence. De extracción social y geológica baja (su padre era minero), Mediahostia, un pingüino de Barakaldo cuyo verdadero nombre es Iñaki Perurena (nada que ver con el levantador de piedras), sufrió en su infancia maltratos psicológicos por parte de su padre. Cuando era un pingüino joven, era muy fan del Tato Abadía, de ahí su simpatía por el Logronés, pero un día, de resultas de un golpe sufrido en la cabeza tras una intensa sesión de txikiteo, vio la luz y se hizo del Athletic.

Iñaki siempre tuvo un carácter introvertido (y eso no significa que eyaculara para dentro como dice que hace Sanchez Dragó, ese personaje de ficción), así que se refugió en las andas de su mamá y se aisló del mundanal mundo.

Por ello, no es de extrañar que se hiciese butanero. (Memo: yo; recuperar la sección En defensa de… con una entrada dedicada a los butaneros). Todo los hombres del mundo sospechan que los butaneros existen con el único propósito de dejar embarazadas a sus mujeres, pero esto no es necesariamente cierto.

El caso es que, como cuenta el chiste, un día el esforzado profesional de la bombona subió a un quinto sin ascensor una bombona y la señora que le recibió en la puerta (ligera de cascos y de ropa) le hizo pasar a la cocina, pasó a la galería y le dijo “Métamela aquí”, a lo cual el pobre Iñaki no pudo resistirse. Siendo sorprendido en plena faena por el marido de la señora, segurata de profesión, cachas de musculatura, ornitorrinco de CI, apodado El Bestia por sus amigos… no le quedó más remedio que acudir al cansino “No es lo que parece”. Toda vez que las razones de nuestro ilustre pingüino no convencieran al astado marido (quien tuvo la poca gracia de bautizarle “Mediahostia”, dada la poca resistencia que ofreciera), aquel se vio obligado a acceder a las pretensiones de este, quien no tuvo mejor idea que meterle el contenido de la botella de butano por el culo al pingüino. ¡Qué ocurrencia! Así que le “amorró” la gomica del butano al esfínter anal y abrió la espita…

Creedme, amiguitos, no existen muchos estudios sobre los efectos del butano en el sistema digestivo humano. (Un día de estos ponemos a currar en ello al Inspector Ximenes, que últimamente no da un palo al agua).

El caso es que el desdichado Iñaki volvió a casa meditabajo y cabezabundo y con un dolor de tripas de tres pares de cojones. Y quiso el Diablo (que siempre tiene un roto para un descosío) que esa noche su madre le tuviera preparados para cenar Pimientos del Padrón… pero no de los que “unos pican y otros no”, sino de los que “casi todos pican”. Vete a El Padrón a reclamar… Igual te empadronan allí… Os podéis imaginar, perspicaces lectores, los efectos que ello tuvo en nuestro pobre pingüino. Butano + Pimientos del Padrón, un cóctel explosivo, podéis creerme.

Viendo la tele en el sofá con su madre, antes de irse a acostarse, sonó el timbre. Eran unos testigos de Johova pesadísimos, que tras hora y media de charlas, sin ser invitados a pasar, no abandonaban el descansillo… Iñaki ya no pudo aguantar más y soltó un temible ¡PEDO INCENDIARIO! Los testigos de Jehova, chuscarrados, huían despavoridos escaleras abajo. La madre de Iñaki le miró con orgullo.

Iñaki no lo sabía, pero… ¡HABÍA NACIDO MEDIAHOSTIA!

(Gracias Domingo, por la aportación gráfica)