
¿La misión? Terminar de una vez por todas con el uso indiscriminado de la expresión cambiar el chip.
La gente emplea esta expresión con una ligereza que resulta, como mínimo, molesta. La mayoría de la gente que utiliza la expresión no sabe lo que es un chip. Un chip (o circuito integrado) es esa cosica que aparece en la foto al principio de la entrada. Es un dipositivo electrónico que sirve para muchas cosas. Uno de sus múltiples usos es como CPU (Central Processing Unit) de un ordenador. No me voy a extender demasiado en tecnicismos, pero ese chip puede servir para almacenar programas o para otras cosas. Caso de que se quiera cambiar un programa, o sea, que un ordenador ejecute una tarea diferente a la que está realizando, NO HACE FALTA CAMBIAR EL CHIP. Sí, lo digo gritando y no voy a pedir perdón. Para ejecutar una tarea distinta, se carga otro programa, no se cambia el chip.
Como hay gente que todo lo que sea la tecnología le cuesta, y no estoy seguro de que mi explicación haya sido suficientemente clara, voy a poner un ejemplo que quizás todos comprendamos mejor. Todos sabemos que los hombres no podemos hacer más de una cosa al mismo tiempo, así que, por ejemplo, si necesitamos respirar tendríamos que cambiarnos el cerebro para ejecutar la tarea de respirar. Dispondríamos de otro cerebro para hablar. Otro para caminar. Otro para comer. Otro para cagar. Otro para follar. Un sindiós de trasplantes. Necesitaríamos un cirujano detrás de nosotros todo el día, y una colección de cerebros, cada uno de los cuales estaría especializado en una tarea.
La vida es dura, amigos. Reflexionad sobre ello la próxima vez que utilicéis la odiosa expresión cambiar el chip.
Yo espero sonreír la próxima vez que la escuche desde mi mansión junto a una paradisíaca playa en las islas Maldivas, si la combinación del (de los) Euromilló(o)n(es) es la buena.