viernes, 21 de noviembre de 2008

El origen de Mediahostia

El origen de Mediahostia es humilde… y vascuence. De extracción social y geológica baja (su padre era minero), Mediahostia, un pingüino de Barakaldo cuyo verdadero nombre es Iñaki Perurena (nada que ver con el levantador de piedras), sufrió en su infancia maltratos psicológicos por parte de su padre. Cuando era un pingüino joven, era muy fan del Tato Abadía, de ahí su simpatía por el Logronés, pero un día, de resultas de un golpe sufrido en la cabeza tras una intensa sesión de txikiteo, vio la luz y se hizo del Athletic.

Iñaki siempre tuvo un carácter introvertido (y eso no significa que eyaculara para dentro como dice que hace Sanchez Dragó, ese personaje de ficción), así que se refugió en las andas de su mamá y se aisló del mundanal mundo.

Por ello, no es de extrañar que se hiciese butanero. (Memo: yo; recuperar la sección En defensa de… con una entrada dedicada a los butaneros). Todo los hombres del mundo sospechan que los butaneros existen con el único propósito de dejar embarazadas a sus mujeres, pero esto no es necesariamente cierto.

El caso es que, como cuenta el chiste, un día el esforzado profesional de la bombona subió a un quinto sin ascensor una bombona y la señora que le recibió en la puerta (ligera de cascos y de ropa) le hizo pasar a la cocina, pasó a la galería y le dijo “Métamela aquí”, a lo cual el pobre Iñaki no pudo resistirse. Siendo sorprendido en plena faena por el marido de la señora, segurata de profesión, cachas de musculatura, ornitorrinco de CI, apodado El Bestia por sus amigos… no le quedó más remedio que acudir al cansino “No es lo que parece”. Toda vez que las razones de nuestro ilustre pingüino no convencieran al astado marido (quien tuvo la poca gracia de bautizarle “Mediahostia”, dada la poca resistencia que ofreciera), aquel se vio obligado a acceder a las pretensiones de este, quien no tuvo mejor idea que meterle el contenido de la botella de butano por el culo al pingüino. ¡Qué ocurrencia! Así que le “amorró” la gomica del butano al esfínter anal y abrió la espita…

Creedme, amiguitos, no existen muchos estudios sobre los efectos del butano en el sistema digestivo humano. (Un día de estos ponemos a currar en ello al Inspector Ximenes, que últimamente no da un palo al agua).

El caso es que el desdichado Iñaki volvió a casa meditabajo y cabezabundo y con un dolor de tripas de tres pares de cojones. Y quiso el Diablo (que siempre tiene un roto para un descosío) que esa noche su madre le tuviera preparados para cenar Pimientos del Padrón… pero no de los que “unos pican y otros no”, sino de los que “casi todos pican”. Vete a El Padrón a reclamar… Igual te empadronan allí… Os podéis imaginar, perspicaces lectores, los efectos que ello tuvo en nuestro pobre pingüino. Butano + Pimientos del Padrón, un cóctel explosivo, podéis creerme.

Viendo la tele en el sofá con su madre, antes de irse a acostarse, sonó el timbre. Eran unos testigos de Johova pesadísimos, que tras hora y media de charlas, sin ser invitados a pasar, no abandonaban el descansillo… Iñaki ya no pudo aguantar más y soltó un temible ¡PEDO INCENDIARIO! Los testigos de Jehova, chuscarrados, huían despavoridos escaleras abajo. La madre de Iñaki le miró con orgullo.

Iñaki no lo sabía, pero… ¡HABÍA NACIDO MEDIAHOSTIA!

(Gracias Domingo, por la aportación gráfica)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un superheroe que nace de que le metan un tubo por el culo... Usté siempre transgrediendo TrataMurdorks.

Anónimo dijo...

Tampoco olvide usté al gremio de los fontaneros... aunque éstos ya fueron fielmente retratados en "El fontanero, su mujer..."

Mediahostia y Superpoco, el nacimiento de una saga.