lunes, 5 de noviembre de 2007

Entrevista al listillo

Lo prometido no es deuda. Deuda es cuando dejas algo a deber en el bar. Apúntame esas birras, Manolo. Hoy no se fía, mañana sí. Bueno, al tajo, tráete unas cervezas y unas patatas fritas que no estén revenías, como las que siempre pones, que tengo que entrevistar a este listillo que me han enmarronao los de Ínfulas.

Preguntador pregunta (P): Máximo Minipimer. Vaya nombre, ¿no?

Respondedor responde (R), también conocido como Máximo Minipimer (MM): Sí, bueno, es que mi madre era muy fan de Eva Braun pero no se atrevía a decirlo claramente.

P: Ya veo. ¿Y lo de Máximo?

MM: Para compensar.

P: Ajá... ¿Vienen esas birras o qué?

MM: O que.

P: Me dirigía al camarero.

MM: Yo también.

P: Bueno, prosigamos... ¿Te has fijado en que los entrevistadores son las únicas personas que utilizamos la palabra proseguir?

MM: No, no me había fijado.

P: Bueno, ¿podrías hacer a nuestros lectores una breve semblanza de los méritos que concurren en su curriculum y que han propiciado que seas entrevistado por ese medio tan prestigioso como Ínfulas?

MM: Mmmmm... pues la verdad, no se me ocurre ninguno... Como no sea... Como no sea que inventé la palabra guay...

P: ¡No j*d*s! ¡Es una de mis palabras favoritas! ¿Me la firmas?

MM: Claro. Lo que pasa es que no tengo rotulador.

P: Luego le pido uno al camarero... ¡cuando traiga las cervezas! ¡¡si es que algún día las trae!!!

(Llegan las cervezas y la entrevista sufre un receso. Otro día seguimos con su trascripción)

1 comentario:

Pedro dijo...

Ahora que lo pienso, no sólo los entrevistadores utilizan esa palabra.

Los vigilantes jurados también la emplean.