Languidecía Ximenes sobre una toalla extendida en las doradas arenas de la Playa de la Malvarrosa, dejándose acariciar por la brisa marina del Mediterráneo, regalándose el beso vitaminado de Helios, solazándose en la babilla que descendía suavemente desde sus guacheras cuando, ¡MOOOOOOOOOCCCCC!, un vendedor ambulante de color (de color negro para más señas, el vendedor ambulante era negro... no es que vendiera el color negro... vendía baratijas y megáfonos...) le despertó con un bocinazo que anunciaba su mercancía.
"No, no quiero nada", dijo entre sueños Ximenes, al tiempo que se atusaba el cabello con la baba que acababa de retirarse de la comisura de los labios, y regresaba al mundo sólo para darse cuenta de la monumental resaca que, allí, al lado del mar, resultaba redundante.
"No quero vender nada. Tú venir conmigo. Tengo trabajo pa ti", dijo inesperadamente el ambulante vendedor, que todavía seguía a su vera, proporcionándole una alargada sombra no solicitada a Ximenes. Tardó en reaccionar nuestro detective favorito (al menos, el mío), pero cuando se dio cuenta de que lo que se le proponía era un caso, se caló una gorra verde de John Deere que tenía a mano y murmuró: "Estoy de vacaciones".
"Mucho dinero... Aunque, si tú no, yo ofreser a Sento el Gros".
Ximenes saltó como un resorte y antes de que Jonathan se pudiera meter pa lo hondo, ya se había puesto las cangrejeras color carne y seguía al inopinado cliente y su ristra de baratijas paseo marítimo abajo. Bueno, pal norte.
Caminaron por callejas ignotas del Cabanyal hasta llegar a una cieja casa de pescadores en la puerta de la cual se podía leer "Profesor Amabuntu. Gran astrólogo, sabio, curandero, espiritista, científico y médico africano de confianza. Curo todos los males al 100% de confianza. Máxima discreción. Mal de amores. Limpieza de espíritu. Quito mal de ojo. Pócimas para retorno al hogar, recuperar personas amadas, sin trabajo, impotencia sexual, alejamiento de indeseables, droga, alcohol, tabaco, dinero. Acercar clientes. Envidia. Esterilidad. Hijos rebeldes. Atiendo de 8 a 21 horas. Martes cerrado. Facilidad de pago. Acepto Visa."
¿Así que ese era el nuevo cliente de Ximenes? ¡Por todas las mofetas, quizás no fuera mala idea cobrarle los servicios en especie!
El profesor Amabuntu, vestido con una enorme túnica multicolor, le recibió al otro lado de un altar en el que estaba sentado en un trono, haciendo ganchillo, mientras esperaba algún cliente.
Fue directo al grano:
- Quiero saber de dónde viene la expresión "a tontas y a locas" -dijo en un sorprendentemente buen castellano-. Necesito saberlo antes de 72 horas.
- A-a-acepto el caso -repuso Ximenes, anodadado, y todavía con la gorra verde de John Deere encasquetada en su chola.
(Continuará, claro)
7 comentarios:
¡Qué suspenda!
Ehhmm, quería decir...
¡Qué suspense!
Ximenes no sale muy favorecido en su foto de la playa...
A tontas y a locas!? La curiosidad me reconcome!!
Estoy por hacerle llegar el encargo a Sento el Gros (némesis de Ximenes) para incrementar al máximo la dificultad a nuestro héroe (Ximenes, off course).
Seguro que, tras esta aventura (digna del Dr.Jones), Ximenes entrará en la Historia con letras doradas y mayusculas (si es que no estaba ya)
Cierto Mr.Mckenzie! De hecho creo que no se trata del Ximenes si no del vendedor foraneo.
Ximenes más que punto es asterisco.
Correcto Sr.Vetusto Jorse,
Me extrañaba sobremanera no ver el Mítico Miembro (M&M) de Ximenes mostrado en esa vista genital , digo, cenital.
Pido disculpas por la calidad de la fotografía de Ximenes durmiendo la mona en la playa.
Mañana, la segunda entrega.
Y el viernes, la tercera y última.
No se la pierdan.
coño!!! ya era hora de que mencinases al insigne dr. de 8 a 21 horas
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