miércoles, 6 de septiembre de 2006

Mis insultos favoritos: hijo de puta

Bienamados lectores, allá donde os halléis,

Infulas, inquieta bitácora donde la haya (Holanda), inaugura una nueva sección que nace al albur de las colecciones de libros, fascículos, muñecas, dedales, Scalextrix, robots por piezas, maquetas por entregas, etc. que proliferan por doquier estos aciagos días de septiembre, con el confuso objetivo de paliar la celebérrima depresión post-vacacional.

Nosotros nos subimos al carro sin indagar, ¿eh?


El caso es que septiembre parece un buen mes para iniciar una colección, e Infulas se complace en anunciaros esta nueva sección: Mis Insultos Favoritos.

Sí, amigos (disculpad esta familiaridad pero uno es muy dado a las frases hechas), una nueva sección que repasará todos los insultos que alguna vez hayan sido utilizados por este humilde escriba, dotándoles de una carga de emotividad que hará imposible que los lectores no se estremezcan es sus cómodas poltronas al leerlos.

Y empezamos con un órdago a la grande: el emperador de todos los insultos. Nada menos que con "hijo de puta".

Solicito a nuestros lectores que se retrotraigan a sus años mozos... No, más mozos todavía, cuando tenían seis o siete años (si algún lector tiene esa edad, no hace falta que se retrotraiga ni hostias, con perdón). Entonces, la inocente mente infantil se encuentra por primera vez con los insultos y/u/o los tacos.

"Halaaaaaa, ha dicho una palabrota". Nuestros progenitores nos decían que decir palabrotas estaba feo, que nos iban a lavar la lengua con lejía... pero aún así, por esa irreprimible atracción que proporciona lo prohibido, aún así, llegaba el momento en que soltábamos nuestro primer taco y... ¡qué sensación tan gloriosa! Por supuesto, esta sensación era gloriosa cuando el taco lo soltábamos en presencia de nuestros pequeños amigotes... porque si se nos escapaba cuando estaba delante algún adulto, el guantazo estaba asegurado... Así y todo, era un guantazo que, extrañamento, nos complacía, pues nos acercaba a la ansiada edad adulta.

Fin del flashback. O sea, que volvemos al presente. Si recordamos aquellos años, sabremos que entonces había una cosa que estaba clara: decirle a alguien "hijo de puta" era el insulto más grave... Luego habían otros insultos que podían molestar más o menos, pero ese era el más duro de todos.

Incluso se llegó a elaborar un ranking de la gravedad de las diferentes variantes de hijo de puta. La contracción (joputa) parece que era la más suave, como si el apócope le restara gravedad al asunto. A continuación, la forma 'hijoputa' parecía ya algo más serio. Le seguía 'hijo de puta' con todas las letras, que ya eran letras y palabras mayores. Pero, no sé a santo de qué, la más grave de todas las versiones (al menos en mi entorno geográfico) era una versión en lengua local, el temible 'fil de puta'.

Los expertos consultados no se ponen de acuerdo acerca de si 'hijo de perra' es más o menos grave que 'hijo de puta', por lo que nosotros tampoco nos pronunciaremos sobre este asunto.

Para concluir, no podemos por menos que lamentar la banalización a la que se ha sometido ese profundo insulto, que últimamente ya se emplea hasta como saludo cariñoso. En cualquier caso, desde este estrado no podemos permitir que 'hijo de puta' caiga en desuso, por lo que nos sumamos a la campaña 'Hijo de puta, hay que decirlo más' iniciada por los chicos de La Hora Chanante.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien, bien, menos mal que has metido la referencia a 'La Hora Chanante' al final, si no la cosa hubiera tufao a copia...

(propongo el tema de la diferencia entre el homenaje y el plagio para semanas subsiguientes, por cierto)

Pedro dijo...

No te preocupes... dentro de unos días pondré el de mamón!!!

Y luego plagiaré un homenaje para ti.

Anónimo dijo...

Me parece genial la entrada, el flashback y todo, jajaja
me muero por ver mas
un saludo!
RINOA