Ese gesto, codificado en el ADN de las madres españolas, que se veía hace 30 años en las calles frías de un invierno lluvioso y todavía se puede ver hoy en esas mismas calles que tanto han cambiado... Y que se verá en las calles dentro de veinte años...
La madre que se moja el dedo en saliva para limpiar algún
releje en la cara de su hijo.
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