viernes, 16 de mayo de 2008

El origen de la expresión: a cagar a la vía

(¿Qué ven mis ojos? ¿Una nueva aventura del Inspector Ximenes? Yo pensaba que Patatas Traigo habia caído en el limbo de las secciones de Ínfulas. Pero no, mira tú por dónde... Bueno, pues a disfrutar... o no.)

Let me introduce me, soy el detective Andwhat XimenesEl Inspector Ximenes dormitaba la borrachera de mistela en su rijoso sillón de orejas, mientras de fondo sonaba Carlos Sobera preguntando estúpidamente “¿Quiere ser millonario?”. Ximenes enarcó entonces su ceja y contestó “Por supuesto”, lo cual sirvió para devolverle al mundo de los despiertos y para que la baba que colgaba de la comisura de los labios se desprendiera de su boca dejando unas marcas de guacheras.

Un sobre de aquellos de papel de estraza, viejísimo y reciclado cincuenta veces, del que sobresalían cincuenta euros y una nota, que rezaba tal que así: “Ximenes, vendré a preguntar mañana por el origen de la expresión A cagar a la vía. Si lo has averiguado otro billete como este será tuyo. Amén”. Ximenes tardó dos horas en ver el sobre, otras dos en ver el billete, otras dos en gastarse el dinero en la Bodega Fila, otras dos en ver la nota, otras dos en leerla y otras dos en comprender el significado del encargo. Le quedaban sólo doce horas si quería cumplir el encargo.

¿Por dónde empezar a buscar? ¡Por la vía! Era lo lógico. Ximenes nunca se había dejado guiar por la lógica pero sabía ser flexible en sus planteamientos. Sobre todo cuando varias amenazas de desahucio le acuciaban. Así que se fue a la calle Serrería, donde antiguamente pasaba la vía del FF.CC. (fútboles clubes) Barcelona-Valencia (ponle un dos, me la juego) y se puso a buscar al más viejo del lugar. El más viejo del lugar no estaba (se había ido de excursión del IMSERSO); en su ausencia, había delegado en un chiquillo de doce años, que hacía las veces de sustituto. El chaval conocía el origen de la expresión (se la había contado su abuelo, que era el más viejo del lugar), pero no estaba dispuesto a cantar a menos que su interpretación fuese registrada en soporte magnético y se le asegurase un contrato discográfico. La cosa estaba chunga, con el tema de la piratería el negocio musical estaba por los suelos, Teddy Bautista ya no tenía ni un solo peluche y la SGAE estaba alquilando por horas algunas de las habitaciones de sus palacios para que ejercieran su labor ciertas personas que presumen de oficio antiguo. Ximenes tuvo que sacar fuerzas de flaqueza (lo cual no le resultó difícil porque estaba en los huesos) y hacer acopio de toda su proverbial capacidad negociadora para convencer al chaval de que con una grabación en móvil y un paquete de puritos Reig iba que chutaba…

(Continuará, claro, qué os pensábais...)

1 comentario:

Mic dijo...

Brindo (con gaseosa) por la vuelta del Inspector.

¿Tiene el chaval futuro en la música?

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