Cuando recibió la carta de
Superpoco,
Mediahostia, percibiendo el triunfo de su amigo como propio, corrió al despacho del
Canuto con afán de restregarle al tirano director de la escuela la victoria del hijo díscolo. Pero quiso la mala fortuna, que el director, en aquellos momentos recibiendo una
llançolà, le despidiera con
cajas destempladas.
Pero el destino demostró ser un jugador travieso de dados (o algo), porque justo cuando
Mediahostia volvía apenado del despacho del
Canuto, se dio de bruces con
Superpoco que había venido a visitarle.
"¿Le has hablado de esto al Canuto?", fue su saludo.
"No he pod...". "¡Bien!"Y entonces le contó su plan.
Minutos más tarde,
Mediahostia volvía al despacho del
Canuto.
"Mira quien ha venido a vernos" y entonces entró
Superpoco.
Hablaron de vanalidades.
Superpoco le dio las gracias a
Canuto porque, según dijo, le habia ayudado a darse cuenta de que no se veía a si mismo sacrificándose lo suficiente como para llegar a ser un buen superhéroe y le confesó que había hecho bien en irse, porque gracias a ello había descubierto su verdadera vocación: los masajes.
"Soy muy bueno haciendo masajes. ¿Quieres que te haga uno?", fue la sorprendente proposición de
Superpoco, que pilló al
Canuto en fuera de juego.
Cuando el
Canuto cerró la boca fue para aceptar, aderezando la respuesta con su habitual sentido del humor
que-no-tiene-ni-puta-gracia.
"Pero que sea con final feliz".
"Vale".
La ejecutora de la
llançolà, que aún estaba por allí, no daba crédito (como
Botín, ese personaje de ficción).
Ejecutó
Superpoco una faena de un par de orejas y el rabo, valga el
chiste malo. (Tiene que valer, esto es
Ínfulas).
Según los planes de
Superpoco, a los pocos minutos estaba
Canuto cantando
La Traviata por soleares. He aquí un breve resumen de lo que confesó:
-
Canuto no era sino un sicario a sueldo de
Melitón Machancoses que le había confiado la misión de mantener a
Mediahostia y Superpoco fuera de circulación durante una temporada.
-
Melitón Machancoses estaba trabajando con
sus primos para desarrollar un arma superpotente que sirviera para dominar el mundo.
-
Canuto nunca fue tan feliz como cuando regentaba la
Churrería Canuto Sus Churros En Un Minuto.
-
Canuto se llamaba así por su afición al parchís (?).
-
Canuto era socio compromisario del
Real Madrid.
Cuando oyó esto último,
Superpoco ya no lo pudo aguantar más y emitió su famoso
¡SUPERGRITO REPELENTE! que provocó... bueno, en este caso, sólo dejó a
Canuto en coma un par de meses, tiempo que aprovecharon nuestros superhéroes favoritos para acondicionar la...