jueves, 19 de febrero de 2009

Murphy no tiene ni media hostia

Una de las Leyes de Murphy dice algo así como:
Cuando pares de buscar algo, lo encontraras.


Plántale cara a Murphy, qué se ha creído. Al fin y al cabo, seguramente sólo era un tío bajito con bigote. Ojo, que no tengo nada contra los tíos bajitos con bigote, pero es que tienden a ser pesimistas.

La mejor forma de echar por tierra el enunciado que acabamos de citar es no empezar a buscar nunca nada. Así ni encuentras ni dejas de encontrar. A lo mejor, si no buscas nada, no pierdes nunca nada. Y, en todo caso, si buscas algo, no emplees nunca más de un segundo en buscarlo, así lo encontrarás en el segundo segundo. ¿Me sigues? ¡Claro, por eso vas segundo!

miércoles, 18 de febrero de 2009

lunes, 16 de febrero de 2009

viernes, 13 de febrero de 2009

SPyMH1x16: Back to the school

Cuando recibió la carta de Superpoco, Mediahostia, percibiendo el triunfo de su amigo como propio, corrió al despacho del Canuto con afán de restregarle al tirano director de la escuela la victoria del hijo díscolo. Pero quiso la mala fortuna, que el director, en aquellos momentos recibiendo una llançolà, le despidiera con cajas destempladas.

Pero el destino demostró ser un jugador travieso de dados (o algo), porque justo cuando Mediahostia volvía apenado del despacho del Canuto, se dio de bruces con Superpoco que había venido a visitarle. "¿Le has hablado de esto al Canuto?", fue su saludo. "No he pod...". "¡Bien!"

Y entonces le contó su plan.

Minutos más tarde, Mediahostia volvía al despacho del Canuto. "Mira quien ha venido a vernos" y entonces entró Superpoco.

Hablaron de vanalidades. Superpoco le dio las gracias a Canuto porque, según dijo, le habia ayudado a darse cuenta de que no se veía a si mismo sacrificándose lo suficiente como para llegar a ser un buen superhéroe y le confesó que había hecho bien en irse, porque gracias a ello había descubierto su verdadera vocación: los masajes.

"Soy muy bueno haciendo masajes. ¿Quieres que te haga uno?", fue la sorprendente proposición de Superpoco, que pilló al Canuto en fuera de juego.

Cuando el Canuto cerró la boca fue para aceptar, aderezando la respuesta con su habitual sentido del humor que-no-tiene-ni-puta-gracia. "Pero que sea con final feliz".

"Vale".

La ejecutora de la llançolà, que aún estaba por allí, no daba crédito (como Botín, ese personaje de ficción).

Ejecutó Superpoco una faena de un par de orejas y el rabo, valga el chiste malo. (Tiene que valer, esto es Ínfulas).

Según los planes de Superpoco, a los pocos minutos estaba Canuto cantando La Traviata por soleares. He aquí un breve resumen de lo que confesó:
- Canuto no era sino un sicario a sueldo de Melitón Machancoses que le había confiado la misión de mantener a Mediahostia y Superpoco fuera de circulación durante una temporada.
- Melitón Machancoses estaba trabajando con sus primos para desarrollar un arma superpotente que sirviera para dominar el mundo.
- Canuto nunca fue tan feliz como cuando regentaba la Churrería Canuto Sus Churros En Un Minuto.
- Canuto se llamaba así por su afición al parchís (?).
- Canuto era socio compromisario del Real Madrid.

Cuando oyó esto último, Superpoco ya no lo pudo aguantar más y emitió su famoso ¡SUPERGRITO REPELENTE! que provocó... bueno, en este caso, sólo dejó a Canuto en coma un par de meses, tiempo que aprovecharon nuestros superhéroes favoritos para acondicionar la...

jueves, 12 de febrero de 2009

miércoles, 11 de febrero de 2009

lunes, 9 de febrero de 2009

sábado, 7 de febrero de 2009

Fighting Temeraire

Canción: "Fighting Temeraire" (1987) de El Pecho de Andy

Cuadro
: "The Fighting Temeraire tugged to her last Berth to be broken up" (óleo, 1838) de J. M. W. Turner (1775–1851)

Instrucciones de uso:
Escuchar la canción al mismo tiempo que se lee su letra y se mira el cuadro.




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enarbolando una bandera de vapor
pesado avanza arrastrado en una luz
el fighting temeraire escupe un resplandor
de nubes de cobre y azul
roja reverberación
anegado de humedad
exhala su mascarón

tal vez atraque en un banco de sal
deslizándose en la turbamulta de su tibia soledad
el fighting temeraire esconde en su corazón
nubes de cobre y azul
grávida trepidación
la helada bruma
traspasada por el mar

el fighting temeraire
el fighting temeraire
el fighting temeraire
el fighting temeraire
el fighting temeraire
el fighting temeraire
el fighting temeraire
el fighting temeraire
...

miércoles, 4 de febrero de 2009

SPyMH1x15: Superpoco, la primera en la frente

Uno de los recortes de prensa acumulados por Superpoco. Fotocopiados y enviados a Mediahostia, quien todavía seguía lavando coches para el Canuto en la presunta Escuela para Superhéroes.

Rocambolesca historia desemboca en la detención de una célula peligrosa islamista
Autodesignado superhéroe, masajista con pies de cemento, salva la ciudad de un ataque terrorista
Por Baldomero Bis Bald (Barcelona)
Todo empezó en la Casa de Masajes Onan, regentada por el ciudadano turco Onan Dugluglu, en la que prestaba sus servicios como masajista José Antonio Orozco Comesaña, quien se autodenomina a sí mismo Superpoco. Todos los idicios apuntan a que en la citada casa de masajes estaba el cuartel general de la célula Alah Acá, que estaría planeando volar el Edificio Polla.

Inexplicablemente, la totalidad de los miembros del grupo, comandados por Onan Dugluglu, se entregaron a la policía, confesando todos sus planes, llorando como niños y prometiendo que no lo volverían a hacer. Todo con tal de no volver a ver a Superpoco. Según ha podido saber este corresponsal, Superpoco habría averiguado los planes del grupo terrorista gracias a unos superpoderes consistentes en hacerles un masaje con aceite de oliva virgen extra. El propio Superpoco confiesa que no sabía que tenía este superpoder. A continuación, víctima del miedo y el terror, el masajista habría exclamado ¡JOLINES! con un tono de voz tan irritante que los islamistas no lo pudieron soportar y corrieron despavoridos a entregarse a las autoridades, bajo la promesa de estas de obtener una orden de alejamiento de Superpoco.

Hay mucho loco suelto.


Junto al recorte, había una nota manuscrita del puño y letra de Superpoco:
¡MISIÓN CUMPLIDA!
¡LA PRIMERA EN LA FRENTE!

viernes, 30 de enero de 2009

Publicidad a la contra

Contra la campaña pro-vegetariana que preconiza que los vegetarianos tienen mejor sexo, la Asociación Avícola de Michigan ha propuesto el siguiente eslogan:

¡Vegetariano! ¡Cómeme la polla!

jueves, 29 de enero de 2009

SPyMH1x14: La casa de masajes de Superpoco

Al principio no entendí nada de aquel sueño. Si es que podemos llamarlo sueño, porque quizás fuese más correcto llamarlo ensoñación introspectiva.

Lo único que sé es que cuando el punto blanco se cerró sobre si mismo, salí de la cama, recogí mis cosas y me largué de aquella casa inmunda que el sinvergüenza de Canuto tenía la poca decencia de llamar escuela. Ni siquiera me despedí de Mediahostia.

Cogí el primer autobús que salía de la estación y unas horas después estaba en Barcelona, donde, por cabronadas del destino, no conocía a nadie. Así que pasé unas semanas pernoctando en los cajeros, hasta que un día, por azar, coincidí en unos urinarios públicos con alguien que iba a cambiar mi vida.

Sí, ya sé que si os cuento que he conocido a alguien en los urinarios públicos, la mayoría pensaréis que el conocimiento es de cierto tipo. Me da igual lo que penséis, lo cierto es que necesitaba ayuda y Onan Duglugu (a quien días después yo salvaría de morir ahogado) me la prestó.

Onan era turco y pajillero. Conocía todas las casas de masajes del Raval y me consiguió un puesto de mamporrero en cierto tugurio del barrio. Ese fue el inicio de una carrera meteórica que culminaría meses después con la inauguración de mi propia casa de masajes Masajes Onan. Vale, no era sólo mía, Onan y yo éramos socios, y si bien era cierto que él tenía la mayoría de las acciones, yo tenía la llave del éxito: mis manos prodigiosas.

Entonces entendí aquella introspección ensoñativa. Con sólo untarme un poco de aceite en las manos, yo podía conseguir auténticas maravillas.

miércoles, 28 de enero de 2009

Las tronchantes aventuras de Salvador Barber

Salvador Barber se dejó barba desde bien jovencito. Pretendía estar preparado para cuando llegara el momento. Acudió a todo tipo de terapeutas, esteticistas y técnicos en la salud del cuero cabelludo. No, a él no le iban a pillar en bragas.

Todas las noches, antes de irse a acostar, se daba unas friegas y ponía sus barbas en remojo. Hombre precavido vale por dos, se decía.

Sin embargo, la ley de probabilidades, que es tan perra, quiso que Salvador fuese de las pocas personas que no llegase a ver jamás, en toda su vida, a ningún vecino al que le recortaran sus barbas.

Pobre Salvador. Para ese viaje, no eran necesarias tantas alforjas.

viernes, 23 de enero de 2009