Está hablando un ex Presidente del Gobierno con un President de la Generalitat. Hablan entre ellos de manera educada y parece que está teniendo lugar lo que viene siendo un diálogo ante la atenta mirada de un periodista que empezó siendo follonero y ahora parece que es más respetado por sus compañeros, por alguno de sus compañeros.
Todo va muy bien hasta que la conversación lleva a los interlocutores a rozar de pasada el tema del ego. Perdón, el tema del EGO.
Entonces el ex Presidente, con el gracejo andaluz que le caracteriza, comienza una lenta pero indisimulada loa a sus propias capacidades:
- Yo soy el mejor, sin duda. Soy guapo, tengo don de gentes, encanto a las serpientes con mi voz suave y mis argumentos irrebatibles. Siendo ateo confeso, supongo que está mal que lo diga, pero una vez he llegado hasta aquí no me voy a cortar un pelo: soy la hostia.
- Yo Mas -replica lacónico el catalán.
martes, 11 de febrero de 2014
lunes, 10 de febrero de 2014
Reflexión a bote pronto #276
Cuando sustituyen a un entrenador de fútbol, ¿sale desde el banquillo al césped?
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