Hoy hablaremos de cómo gestionar la ansiedad.
Lleva usted, caro lector, mucho tiempo esperando el fascículo 2. No es una pregunta, es una afirmación.
¿Ha visto dónde está el truco?
¿No?
Repase el fascículo 1. Hay unos párrafos sobre "comprensión lectora" que se refieren a leer, asimilar y comprender lo que se está leyendo.
¿Aún no? Bueno, otra forma de autoayudarse es no castigarse en exceso por las torpezas que uno pueda cometer.
Lo explico: al tardar tanto tiempo en entregar el segundo fascículo de este cursillo de autoayuda por fascículos en realidad les estaba enseñando a ustedes, amigos lectores en necesidad de alguien que les guíe, a que gestionaran la ansiedad con antelación.
Es decir, de nada vale preocuparse con antelación por algo sobre lo que no tenemos control. "Preocuparse", si nos atenemos a su significado etimológico puro, es ocuparse de algo con antelación. Pero, ¿y si la situación por la que nos estamos preocupando jamás llega a producirse? En ese caso, bienamado lector, estamos desperdiciando energía.
¡Ojocuidao! No estoy diciendo que no haya cosas que podamos prever y planificar. No estoy recomendando que vayamos todo el día a salto de mata, a verlas venir, a ver lo que cae.
El lector comprenderá el mensaje que se trata de difundir. O sea, las cosas están bien, en su justa medida.
¡Quién dijo que los tópicos no pueden ser herramientas para la autoayuda!
Sin más, les dejo aquí, no sin antes emplazarles hasta la próxima entrega de este cursillo de autoayuda.