Wenceslao Pi (wп en lo sucesivo) era un
profesor de matemáticas aficionado a la resolución de
ecuaciones de segundo grado y a
trepar árboles. Un día se subió a un
boj y una de las ramas del árbol se
tronchó, cayendo nuestro profesor al suelo como consecuencia de ello. Fruto de la caída wп se
tronchó tres costillas. Durante su convalecencia en el hospital, recibió un presente: una caja de yemas de Santa Teresa
revenías. En la nota adjunta a la caja de dulces se podía leer: “wп,
no hace falta que te recuperes, tus alumnos te olvidan.” El estado de ánimo de wп se
tronchó.
¿No fueron 3,1416... costillas tronchadas?
ResponderEliminarPues también tiene usted razón, Carmona.
ResponderEliminarEs lo que tiene la prosa redondeadora, que a veces peca de inexacta.
jeej,
ResponderEliminarYo también me troncho :-D