viernes, 13 de enero de 2012

Historia oculta del arte

Momentazo vivido hace unos minutos esperando a que un semáforo se pusiera verde: una escultura de las que está al aire libre, de esas que pesan un montón porque están hechas de pedazos de metal oxidado, está siendo montada por unos operarios bajo la supervisión de una mujer que a su vez da explicaciones a un hombre con ínfulas.

Infiero que el hombre es el escultor y la mujer algo así como su secretaria, su asesora o su ayudante.

Durante el montaje, suena el teléfono del artista, quien se desentiende del proceso y simplemente abandona el lugar.

La secretaria mira al escultor, mira a los operarios, que le miran esperando instrucciones. La secretaria duda y luego imita al escultor. Es decir, se las pira de allí.

Los operarios no dudan, sólo esperan unos segundos y se las piran de allí con unas sonrisas apenas disimuladas.

La obra de arte ha quedado tal cual estaba. Arte automático.

Y lo mejor es que todo este proceso ha ocurrido en apenas 30 segundos. Arte instantáneo.


1 comentario:

d:D´ dijo...

Genial...puro surrealismo
Breves
d.D´