jueves, 24 de febrero de 2011

Instrucciones para lanzar un buen escupitajo

- Asegúrese de tener en stock una cantidad apreciable de mucosidades no demasiado secas, junto a un buen remanente de saliva.

- Encuentre el lugar, individuo o idea perfecto para recibir el lapo.

- Situése en posición vertical, con los hombros relajados, los pies separados, de cara al objetivo.

- Ejecute, con la boca cerrada, una aspiración profunda por la nariz (deberá sonar algo como "immmmmmmmmsssssssssss").

- Recoja en la boca toda la materia transferida desde la nariz a la garganta. Para ello pronuncie el fonema "jota" de manera prolongada (es decir, "jjjjjjjjjjjjjjjjjj", aunque también sirve "ggggggggggggggggg"). Importante: no abuse del número de j's o g's, ya que corre el peligro de quedarse sin respiración.

- En ese momento tendrá en la boca lo que viene siendo el proyectil. Afine la puntería y lance la bala ejecutando un "ssssssssssschuppp" de libro.

- Disfrute del momento.

- Escupir está mal visto por los puritanos que no escasean estos días. Hay quien dice que es antihigiénico. Y yo digo que no: escupir no es antihigiénico, en todo caso es antihigiénico recibir un escupitajo.

- No se corte y escupa cuando le apetezca. Es un buen modo de luchar contra el stress.

lunes, 21 de febrero de 2011

jueves, 3 de febrero de 2011

Instrucciones para abominar de uno mismo


- Consígase un disfraz de Yeti. No repare en gastos. Recuerde que lo barato al final sale caro.

- Agénciese un viaje a Nepal. No olvide abrigarse. Y llévese un espejito.

- Suba al Tibet. Así, en general.

- Una vez que se halle en lo alto de una cima (valga la redundancia), disfrácese del Yeti. Si ha olvidado llevarse el disfraz de Yeti, baje la cima y vuelva a repetir este punto. Nota: tampoco hace falta que sea la cima más alta del Tibet, pero es indispensable que esté nevada, cuanto más nevada mejor.

- Compruebe que el disfraz del Yeti es de su talla. Esta comprobación, tiene usted razón, la debería haber hecho al principio, pero nunca es tarde si la dicha es buena, y con el frío que hace aquí arriba no estamos para discusiones tontas. Queremos que usted parezca abominable, no un mamarracho.

- Mírese con el espejito y ponga cara de asustado. Exclame: "¡Oh! ¡Qué abominable soy!"

- Misión cumplida. Recoja sus bártulos y regrese a su cálido y confortable hogar.

miércoles, 2 de febrero de 2011