viernes, 8 de mayo de 2009

Microrrelato

El pedigüeño cometió el error de pedir al asesino: Déjame algo suelto.
Y el asesino lo troceó.

1 comentario:

:Bricd´ dijo...

En la tragicomedia de la vida,
cada asesino suelto
tiene su propia diarrea