viernes, 30 de enero de 2009

jueves, 29 de enero de 2009

SPyMH1x14: La casa de masajes de Superpoco

Al principio no entendí nada de aquel sueño. Si es que podemos llamarlo sueño, porque quizás fuese más correcto llamarlo ensoñación introspectiva.

Lo único que sé es que cuando el punto blanco se cerró sobre si mismo, salí de la cama, recogí mis cosas y me largué de aquella casa inmunda que el sinvergüenza de Canuto tenía la poca decencia de llamar escuela. Ni siquiera me despedí de Mediahostia.

Cogí el primer autobús que salía de la estación y unas horas después estaba en Barcelona, donde, por cabronadas del destino, no conocía a nadie. Así que pasé unas semanas pernoctando en los cajeros, hasta que un día, por azar, coincidí en unos urinarios públicos con alguien que iba a cambiar mi vida.

Sí, ya sé que si os cuento que he conocido a alguien en los urinarios públicos, la mayoría pensaréis que el conocimiento es de cierto tipo. Me da igual lo que penséis, lo cierto es que necesitaba ayuda y Onan Duglugu (a quien días después yo salvaría de morir ahogado) me la prestó.

Onan era turco y pajillero. Conocía todas las casas de masajes del Raval y me consiguió un puesto de mamporrero en cierto tugurio del barrio. Ese fue el inicio de una carrera meteórica que culminaría meses después con la inauguración de mi propia casa de masajes Masajes Onan. Vale, no era sólo mía, Onan y yo éramos socios, y si bien era cierto que él tenía la mayoría de las acciones, yo tenía la llave del éxito: mis manos prodigiosas.

Entonces entendí aquella introspección ensoñativa. Con sólo untarme un poco de aceite en las manos, yo podía conseguir auténticas maravillas.

miércoles, 28 de enero de 2009

Las tronchantes aventuras de Salvador Barber

Salvador Barber se dejó barba desde bien jovencito. Pretendía estar preparado para cuando llegara el momento. Acudió a todo tipo de terapeutas, esteticistas y técnicos en la salud del cuero cabelludo. No, a él no le iban a pillar en bragas.

Todas las noches, antes de irse a acostar, se daba unas friegas y ponía sus barbas en remojo. Hombre precavido vale por dos, se decía.

Sin embargo, la ley de probabilidades, que es tan perra, quiso que Salvador fuese de las pocas personas que no llegase a ver jamás, en toda su vida, a ningún vecino al que le recortaran sus barbas.

Pobre Salvador. Para ese viaje, no eran necesarias tantas alforjas.

viernes, 23 de enero de 2009

jueves, 22 de enero de 2009

SPyMH1x13: Aceite en las manos

Este es Superpoco¿Y qué pensaba Superpoco de todo lo que estaba pasando?

La verdad es que no pensaba nada. Se había dejado convencer por Mediahostia de apuntarse en la Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto como se podría haber dejado convencer de inscribirse en un curso de masajes tailandeses. Estaba atravesando una época nihilista de su vida, le daba igual ocho que ochenta, estaba de bajona.

Así que seguía todo el "programa didáctico" de Canuto sin levantar la voz, sin protestar por la evidente tomadura de pelo del churrero. Tampoco le daba bola a las protestas en voz alta que todas las noches (a modo de diálogo entre Epi y Blas) exponía con frustración el alma de cántaro de Mediahostia.

Superpoco se había unido al club de Se Dejaba Llevar.

Hasta que una mañana, sin motivo aparente, se quedó en la cama a dormir "cinco minutos más". Cinco minutos más que se fueron acumulando y que llegaron a ser horas. El pobre de Mediahostia protestó levemente, le advirtió del posible castigo del Canuto y, sin más, se fue a hacer footing (primera actividad del día, según el estricto horario de la escuela).

"Mira en tu interior: ahí está el poder", era el mantra preferido del Canuto. Y en duermevela, con la modorra, Superpoco miró en su interior. ¿Y qué vio? ¡La nada más absoluta!

Eso fue al principio, luego vio un punto blanco allá a lo lejos. Un punto que lentamente fue creciendo hasta convertirse en un punto gordo. Recordemos la teoría del punto gordo: una línea paralela sólo puede tener otra paralela que pase por un punto, excepto si el punto es lo suficientemente gordo.

Cuando el punto fue suficientemente gordo, Superpoco comenzó a ver imágenes inconexas en su interior. Primero vio a los Ramones tocando "Rock'n'roll highschool", una de sus canciones favoritas. Luego vio a la Gallina Caponata y al Caracol Perejil, junto a Espinete y Don Pinpón. Todo era muy extraño. Después de todas esas imágenes inconexas, apareció el propio Superpoco huntándose las manos con aceite de oliva virgen extra.

¡Qué cojones quería decir todo aquel galimatías!

Incomprensiblemente, Superpoco supo interpretarlo y dio lugar al primer superpoder controlado que tuvo nuestro superhéroe favorito. Pero eso lo veremos la próxima semana...

martes, 20 de enero de 2009

Episodios ocultos de la historia clásica

Aquiles, en realidad, era un portero de la discoteca Olympo, donde, sabe Zeus que además de a bailar, beber y ligar, la gente iba a otras cosas. Se rumoreaba que en los lavabos de la discoteca tenía lugar un intenso y clandestino tráfico de ideas. Incluso puede que contrabando de filosofía.

De todo esto, claro está, el pobre Aquiles no sabía nada. Él se limitaba a hacer su trabajo lo mejor que sabía. Y su vida transcurría sin sobresaltos.

Pero llegaron malos tiempos. La policía hizo una redada un día y descubrió el percal. Aquiles fue ingresado en prisión. No disponía del dinero suficiente para pagara la fianza estipulada por el juez.

Tuvo que pedir dinero prestado a una mafia de troyanos (la Banda de Paris) que operaba en su zona. Ello iba en contra de sus ideas, pero no había más remedio que hacerlo así.

El juicio le declaró inocente y Aquiles, que se había quedado sin trabajo, comenzó a sufrir las presiones para que devolviera la deuda que tenía pendiente.

Como era guapito de cara, comenzó a prostituirse y así consiguió ahorrar para pagar la deuda y los intereses.

Su error, su único punto débil, fue entregar a Paris un talón. Un talón que, por culpa de Madoff, no tenía fondos. Ese fue su fin. Su punto débil y lo que le ha dado nombre en la Historia: el talón de Aquiles.

jueves, 15 de enero de 2009

Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto

Mediahostia estaba agotado. Agotado y cabreado. Y decepcionado. No pensaba que la Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto fuese a resultar un fiasco de las proporciones de una mierda de elefante estreñido desde hace meses que no puede más y...

Pero vayamos por partes. En contra de todo pronóstico, los Reyes Magos (de los cuales Iker Jiménez dudaba y mira tú por dónde) hicieron entrega a Mediahostia del superpoder que les había pedido: el superpoder de acertar la primitiva. Además, el Athletic ganó en el Calderón y se alejaba de los puestos de descenso. Pero eso no nos importa ahora, lo que importa es que Mediahostia se hizo con un pellizco considerable y, como Superpoco estaba ya medio convencido de formar un tándem de superhéroes con Mediahostia, se inscribieron en la Escuela para Superhéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto.

Todo parecía ir sobre ruedas (sobre todo, Superpoco, que aún no se había desembarazado de los pies de cemento armado que le habían regalado Melitón Machancoses y sus secuaces, con lo cual tenía que desplazarse en una carretilla habilitada a modo de monopatín), pero cuando llegaron a la Escuela y vieron el percal se les cayó el alma a los pies.

Aquello parecía la Pensión Angelita (Burgos), un piso viejo, con una limpieza no demasiado exhaustiva, donde siempre hacía frío y con un único profesor: el ínclito Canuto. De acuerdo, quizás las expectativas de Mediahostia eran un poco elevadas (él se había imaginado una especie de Hogwarts para superhéroes), pero es que el "centro formativo" regentado por El Canuto no llegaba ni al ínfimo nivel de la Escuela de Policías de Torrente.

Además, el programa didáctico era realmente desalentador. Nada de asignaturas para cada superpoder ni prácticas con villanos de coña ni realidad virtual ni simuladores de vuelo. Lo único que hacían Superpoco y Mediahostia (los dos únicos alumnos matriculados, lo cual ya de por sí era sospechoso) era levantarse tempranísimo, hacer footing sobre unas calles heladas, conducir quitanieves hasta mediodía y luego dedicar toda la tarde al lavadero de coches con que el Canuto redondeaba su economía.

El Canuto era muy fan de la filosofía "Karate Kid" y, según él, el sacrificio era lo que forjaba el espíritu de un auténtico héroe. Eso y el mantra "Mira en tu interior: ahí está el poder", parecía ser toda la teoría sobre superhéroes que manejaba el Canuto.

Mediahostia, en la cama, molido de cansancio y cabreado, comenzaba a sospechar que el Canuto les estaba estafando.

miércoles, 14 de enero de 2009

lunes, 12 de enero de 2009

viernes, 9 de enero de 2009

Un método chungo de ligar

(Los más jóvenes o recientes descubridores de esta bitácora amiga no lo sabrán, pero si hay algún veterano quizás recuerde que hace meses se publicó una serie de entradas tituladas, genéricamente, "Métodos chungos para ligar". No funcionan, pero ¡y lo que te ríes! Bueno, pues, la supernoticia es que... ¡vuelve la sección!)

Reúne a un grupo de antiguos amigos.

De ese grupo, con total seguridad, casi todos serán más ligones que tú.

Llévalos a cenar a un bar de tapas. Pide raciones abundantes de bravas, con mucho all i oli.

Asegúrate de que todos coman patatas bravas. Todos menos tú.

Propón un local de moda, con muchas mujeres, para una copa posterior.

Los instintos asesinos de tus amigos con total seguridad habrán permanecido latentes, pero despertarán ante la presencia de tal colección de posibles víctimas. Tú permanece en un discreto segundo plano.

Que ellos ejecuten las labores preliminares.

Cuando las víctimas estén listas, se darán cuenta del "factor ajoaceite". Ahora es tu turno: entra a matar.

Humor hamargo

Se intenta suicidar por un despecho amoroso.

Y no sólo no lo logra, sino que, además, al quedar colgado del puente desde dónde se había tirado, presentando una estampa más bien ridícula, es el hazmerreir de su pequeña ciudad.

Al día siguiente, una foto es portada de las dos gacetillas locales.

Lo mejor es que su ex-novia se ríe tanto al verlo que vuelve con él (final feliz: concesión al lector).

miércoles, 7 de enero de 2009

La carta a los Reyes Magos de Mediahostia

Queridos Reyes Magos,

Este año he sido un pingüino de peluche muy bueno, excepto por alguna borrachera que he pillado con mi amigo Superpoco, pero eso no cuenta, que vosotros también os ponéis hasta las cejacas de incienso, que no creáis que no sé que eso coloca también. La mirra no sé lo que es pero también suena sospechosa.

Bueno, tampoco quiero meterme demasiado con vosotros, que lo que interesa aquí es que yo pida unas cuantas cosas y vosotros me las concedáis. No voy a entrar tampoco en disquisiciones sobre si los Reyes son los padres. Eso que se lo cuenten al Príncipe Felipe. A mi quienes me tenéis que conceder los deseos sois vosotros.

Puede que esta carta os esté sonando un poco amenazante. Si es así, quizás es porque en el fondo contiene amenazas veladas. No, no es que haya puesto negativos de amenazas a la luz, es que a lo mejor si yo hago uso de mis superpoderes (bueno, del ¡SUPERPEDO INCENDIARIO!, que es el único que domino), vuestros pajes y vuestros camellos lo pueden pasar mal.

Mejor será que nos llevemos bien. Nos ayudamos los unos a los otros y así todos contentos. Por mi parte, os ofrezco un servicio gratuito, quitando de enmedio al gordo de la barba blanca y el traje rojo, pero eso tendrá que ser cuando ya controle mis superpoderes y forme una pareja invencible junto a Superpoco.

En realidad, sólo os voy a pedir un "juguete": el superpoder de adivinar la combinación ganadora de la Primitiva. Es que, sabéis, me hace falta el dinero para que Superpoco y yo nos apuntemos a la Escuela para SuperHéroes ChurreríaElCanutoSusChurrosEnUnMinuto. Es que mi empresa había presentado un ERE y yo contaba con el dinero del despido para inscribirnos en la escuela, pero no acaba de llegar ese dinero. Una vez que nos apuntáramos y nos sacáramos el título, el resto sería pan comido. Tampoco os pido tanto, ¿verdad?

Bueno, va, también os pido otro favor: que el Athletic no baje este año. Aunque la cosa está chunga...

En fin, que me perdonéis si he sonado un poco amenazador y eso, pero que espero que me traigáis lo que os pido. Dejo tequila y unos porros en los zapatos por queréis parar y relajaros un poco tras esa noche que para vosotros es tan ajetreada.

Ah, y ya sé que esta carta llega tarde. Que el día de Reyes ya pasó y que vosotros estaréis ahora bebiendo un daiquiri y tomando el sol en una playa del Caribe. No me importa que no me hagáis entrega del material inmediatamente: con que disponga de él en 48 horas será suficiente.

Con cariño y amor, os quiere.

Mediahostia

martes, 6 de enero de 2009

Mis insultos favoritos: monosabio

Dice el diccionario que no, que monosabio no es un insulto, que define al:

m. taurom. Mozo que ayuda al picador en la plaza:
el monosabio ayudó al picador a levantarse tras la cogida.

Paparruchas. No le hagáis caso al diccionario, que a veces no tiene ni puta idea. Joder, con el cabreo que me he pillado al leerlo, ya casi ni me acordaba de saludar.

Hola, soy Tartamundos Trotamudo, redactor plenipotenciario de esta sacrosanta casa, y aquí y ahora empieza una nueva entrega de la largo tiempo añorada sección Mis insultos favoritos.

La echábais de menos, ¿eh cabroncetes?

Al rollo: monosabio, os lo digo yo, es un insulto. Un insulto gordo. Cuando alguien te llama monosabio te está diciendo que no eres más que un simio que destaca sobre la media de los primates, pero que... al fin y al cabo, deberías estar en un árbol.

Lo bueno es que te lo llaman y luego, si ven que eres más fuerte que ellos, te dicen que no, que ellos se estaban refiriendo al subalterno del picador. Que si lo piensas bien, es también bastante humillante. Como si te llamaran mamporrero, mismamente.

Yo pienso en la palabra monosabio y me recuerda a Chita recogiendo un premio a toda una carrera cinematográfica. Ops, me temo que eso ocurrió realmente.

Pero es que, además, es verdad que hay monos cabrones sueltos por ahí. Bueno, sueltos o en cautividad, eso es lo de menos. El caso es que cuando vas caminando por la calle y te das cuenta de que tienes un cordón del zapato desatado y te agachas para anudarlo y justo en ese momento sale de una pastelería un tío que lleva un pastel muy grande que no te ve y que se ve obligado a saltar sobre ti como si estuviera jugando a la una mi mula (también conocido como la pidola), sólo que teniendo que hacer equilibrios para que no se le caiga la caja con la tarta, y al caer te lanza a la cara un airado MONOSABIO, lo que esta persona (bellísima persona en otras circunstancias, el pastel era para celebrar el cumpleaños de su madre, pero claro...) en su justificada indignación te está tratando de decir, es que no eres más listo que un orangután que consigue que le rasquen un buen rato en la nuca.

Me despido ya, quién sabe hasta cuándo, pidiéndoos... qué digo pidiéndoos, exigiéndoos que utilizéis este insulto con mesura... Más que nada, porque como no está muy claro que sea realmente un insulto, prefiero que concentréis vuestras energías en insultos que no ofrecen ninguna duda de su condición, tales como los ya celebrados en esta liturgia del faltonismo que es esta sección: piltrafilla, mastuerzo, hazmerreir, pringao, tonto, granuja, cenutrio, mentecato, repipi, gilipollas e hijo de puta. No diréis que no tenéis dónde elegir.

Iros un poco con viento fresco, gilipollitas míos.

lunes, 5 de enero de 2009

Todavía más estadísticas tontorronas

Casi el 100% de los tres entrevistados respondieron bostezando algo que parecía querer decir cuando se les preguntó si odiaban los lunes. Este dato carece de valor estadístico, pero no por ello lo vamos a descartar a la ligera.