jueves, 24 de julio de 2008

Las tronchantes aventuras de Guimersindo del Guindo

El sino del pobre Gumersindo estaba escrito desde el mismo momento en que su padre le dictó su apellido al funcionario del Registro Civil, al cumplimentar los reglamentarios trámites de inscripción del primogénito. Gumersindo recibió una educación esmerada, cariñosa y se puede decir, sin temor a equivocarnos, que tuvo una infancia feliz. Sin embargo, el terrible error de la familia fue no instruir a Gumer (como se le conocía en la intimidad) en Botánica. De haber tenido más conocimientos en esta materia, quizás, sólo quizás, no se hubiera subido al guindo. Y, claro, no se hubiera caído..

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Gumersindo o Guimersindo?

:Bricd´ dijo...

Pa verse matao