martes, 4 de marzo de 2008

Cómo preparar unas cajas destempladas

Tómese un lote de cajas de buena calidad. Sirven lo mismo unas cajas de madera, que cajas de cartón de las de guardar zapatos, que cajas de metal de las de galletas danesas que luego sirven para guardar marihuana... El caso es que sean de buena calidad. Que lo barato, a menudo, acaba saliendo caro. Y a las pruebas me repito. Que lo barato, a menudo, acaba saliendo caro. Y a las pruebas me repito. Que lo barato, a menudo, acaba saliendo caro. Y a las pruebas me repito. Que lo barato, a menudo, acaba saliendo caro. Y a las pruebas me repito...

Perdón, había entrado en un bucle sin fin. Es lo que tienen las recetas automatizadas con toque humano...

Una vez que dispongamos de unas buenas cajas, las tenemos que destemplar. ¿Y cómo se destemplan unas cajas? Tenemos dos posibilidades:
  • Situar las cajas al lado de una estufita y luego, de golpe, por sorpresa, sacarlas a la calle cuando haya una temperatura de cero grados bajo cero. Seguro que esto les da dentera. Las cajas son muy frioleras de natural.
  • Otra posibilidad es ofrecerles un polo de limón y luego hacerles cantar la Marsellesa. Seguro que desafinan que es un primor, las cajas nunca se caracterizaron por tener buen oído musical.
Una vez tengamos las cajas destempladas, lo mejor es que las usemos cuando antes. Yo las recomiendo para las visitas indeseadas, como por ejemplo las de esos pesados de los testigos de Jobac (aquel supermercado) que se ponen tan pesaditos.

4 comentarios:

UN6YUN4 dijo...

cejas destempladas (y no menos cara de sorpresa) se me ponen a mi cuando aparecen a la sobremesa los testiculos de Jehova sobre la mesa...

(Joder, es que no me da tiempo ni a retirar el pacharan)

dr. de8a21horas dijo...

y que me dice usted de las cajas desencajadas, acaso no tienen derecho a tener un espacio aquí y ahora?

Oyros dijo...

M'estic destemplant...

Anónimo dijo...

Las cajas destempladas tienen su importancia, que no le quepa duda a nadie. Eso sí, es difícil cuantificarla. Varios expertos consultados no han estado dispuestos a responder a esta pregunta (luego sí se dispusieron, pero ya habíamos colgado) y el único que se prestó resultó ser tonto.

De todas formas y resumiendo, la enseñanza que se deriva de esta cuestión es que nunca se debe aceptar un cheque de alguien llamado Larry Skrasgsgskjaar.