jueves, 28 de diciembre de 2006

martes, 26 de diciembre de 2006

Cuento apócrifo

Un tío muy supersticioso tuvo un accidente y se le tuvo que amputar el pie derecho.

Jamás volvió a levantarse de la cama.

viernes, 22 de diciembre de 2006

El día de la salud

Que vuelva el calvo!!!Hoy todos nos desearemos salud. Al fin y al cabo, es lo más importante.

Y si no nos toca, que salga repartido... Aunque si nos llega a tocar, ¿a ver quién es el guapo que pide que salga repartido?

Otrosí Gurb se extrañaría mucho si viera a tanta gente con el alma en vilo esperando que un obeso abandonara la sala.

Reflexión a bote pronto #67

Para desbloquear un móvil, ¿el pin justifica los medios?

(gracias, Zama)

miércoles, 20 de diciembre de 2006

El origen de la expresión: por arte de birlibirloque (grand finale)

sigue de El origen de la expresión: por arte de birlibirloque (primera parte)

El Chungo vivía en un cuarto piso sin ascensor. Su mujer me esperaba junto a la puerta y, sin decir nada, me condujo hacia el salón donde el Chungo estaba incrustado en un sillón de orejas. Su atuendo consistía en unos calzoncillos y un batín de color indeterminado. Tenía un bote de cerveza de oferta en la mano. Nadie me ofreció nada de beber. Nada más entrar, el Chungo me gritó: "Shhhh... calla!!!", atentísimo a la televisión. Un cuarto de hora después, cuando se produjo la primera pausa publicitaria, me miró por primera vez:
- ¿Sabes algo del origen de la expresión "por arte de birlibirloque"? -le interrogué.
- ¿Habíamos quedado en cincuenta leuros, no?
- No, dije cuarenta, pero sean cincuenta. Siempre que tu información sea garantizada.
- Yo no dispongo de esa información pero sé dónde puedes buscarla.

Media hora después me encontraba frente a la playa de Las Arenas, en un garito llamado Vivir Sin Dormir, esperando a que alguien hiciera acto de presencia. Con sesenta euros menos en la cartera. Mis dotes negociadoras las dejas colgando y parecen chorizos.

El Mago Eugenio de Valdepeñas hizo acto de aparición. Es uno de los últimos exponentes que quedan del espectáculo de varietés y callejero. El pobre está muy venido a menos, pero todavía sigue contando sus chistes "recién traídos de Madrid", al tiempo que hace trucos de magia más viejos que la picor. Entrañable Eugenio.

Tras su actuación y mi desembolso, le pregunté: "Eugenio, ¿tú sabes algo del "arte de birlibirloque?" Sus ojillos brillaron. Esa noche cenaría caliente. Se sentó, pidió algo de comer y una cerveza ("que no sea Heineken") y, entre circunloquios y aforismos, me contó esta historia:

En la posguerra llegó a Valencia un barco americano que quedó atracado en el puerto durante varios meses. El armador no tenía dinero para moverlo y la tripulación se quedó tirada. Algunos volvieron a América y otros se quedaron en Valencia.

Los hermanos Billy y B. Locke, de jóvenesEntre los que se quedaron estaban los gemelos Billy y B. Locke, que tenían una fama merecidísima de juerguistas, mujeriegos, aficionados al juego y a las trampas. Siempre iban juntos a todos los sitios y muchas veces la armaban en los bares, en algunos de los cuales se les prohibió la entrada.

Cuando las cosas empezaron a ir mal dadas para los gemelos Locke, estos comenzaron a perfeccionar una de sus habilidades ocultas: la de carteristas. Entraban en los tranvías, uno por cada punta y arramplaban con todo... La policía ya no sabía qué hacer con ellos.

Pero un día, un empresario alemán decidió llevárselos a un teatro de varietés y explotar sus habilidades como magos-humoristas. Es así que se me empezó a hablar del "arte de birlibirloque" (españolización chunga de sus nombres) y a raíz del recuerdo de su habilidad para levantar carteras y relojes, se comenzó a decir "por arte de birlibirloque" cuando alguien hacía algo con métodos poco claros, entre la magia, la prestigitación o la trampa... Así fue. Aquellos eran buenos tiempos.

Casi se me saltan las lágrimas con la narración de Eugenio de Valdepeñas. Le di las gracias y un puñado de euros. Pagué la cena y volví a casa. Escribí el informe, se lo mandé a Sento el Gros y me metí en la cama. Otro caso resuelto.

martes, 19 de diciembre de 2006

El origen de la expresión: por arte de birlibirloque (primera parte)

Let me introduce me, soy el detective Andwhat Ximenes
Era de noche ya, una fría noche de diciembre y yo acababa de llegar de mi clase semanal de bailes de salón. Me puse cómodo en mi sillón, junto al cual había dejado un gran tazón de colacao y un chupito de bourbon, preparado para ver mi programa favorito de televisión, cuando sonó el teléfono:
- Ahueca el ala, tenemos un caso -fue el sustituto del habitual "Buenas noches".
- ¿De qué me estás hablando? ¡Hoy es mi día libre! -protesté.
- Ni día libre ni hostias, mueve el culo o te meto un palo que te avío -la voz de mi jefe, Sento el Gros, sonaba inflexible.
- Pero... pero está a punto de comenzar la final de "Mira quien baila"...

Un cuarto de hora más tarde estaba en el mugriento despacho de Sento el Gros, quien daba buena cuenta de un Big Whopper XXXXXL y un paquete de patatas fritas extragigantesco, cuyo ketchup le chorreaba por toda la barbilla hasta manchar el cuello de una camisa que un día había sido blanca. Me acercó una carpetilla de papel marrón, actual color de la mencionada camisa.
- "Por arte de birlibirloque". No quiero oir ni una palabra de protesta. Mañana a las diez quieren saber el origen.

Y ahí estaba yo, una noche más, buscándome la vida por cuatro cuartos... y encima las bibliotecas públicas estaban cerradas. Cualquiera hubiera comenzado por google, nowadays, pero un viejo sabueso sarnoso como yo sabía que era mucho mejor empezar por un tradicional diccionario. ¡Maldición! "Birlibirloque" no venía en el de la RAE. Habría que usar otros métodos menos ortodoxos.

En la esquina de Reina con la Avenida Mediterráneo vivía un viejo confidente retirado, que respondía por el Chungo y no se quitaba la camiseta estilo imperio ni para ducharse, algo que, dicho sea de paso, no hacía con demasiada frecuencia.
- ¿Está el Chungo? -pregunté a una voz femenina que me contestó al telefonillo.
- No se puede poner, está viendo la final de "Mira quién baila".
- Soy Ximenes. Dile que necesito sus servicios. Cuarenta machacantes mínimo. Y además, yo también quiero ver un poco de "Mira quien baila".
Sonó el zumbido que me permitiría franquear el portal.
- ¿Ya?
Empujé. Maldición, la puerta no se abría.
- No, no se abre.
- Es que no funciona muy bien.
Insistió.
- ¿Ya?
- Sí, sí... ya está abierto. -Respiré aliviado. La cosa marchaba.

(continuará...)

viernes, 15 de diciembre de 2006

miércoles, 13 de diciembre de 2006

De ruralia urbanistica tris

Ponle un tetra y sustituye a la tetaEl cacique de la construcción de mi pueblo se llama El Paleta. No le gusta que le llamen El Paleto.

De ruralia urbanistica bis

Another brick in the wallEn mi pueblo son tan brutos, que en vez de un PAI han planificado dos. Los mozos de otros pueblos le llaman ahora El Abanico.

De ruralia urbanistica

One brick in the wallEn mi pueblo son tan burros, que el cacique y el concejal de urbanismo, para blanquear sus cuentas, pusieron la cartilla de ahorros a lavar con ariel.

martes, 12 de diciembre de 2006

¿Publicidad engañosa?

DaskapitalhausAcabo de leer un panfleto publicitario que empezaba así:
"RESIDENCIAL VISTAS AL MARX".

Al principio he pensado que en realidad quería decir:
"RESIDENCIAL VISTAS AL CAPITAL",
pero luego he pensado que la fina ironía no figura entre las múltiples virtudes de los empresarios de la promoción inmobiliaria que rigen nuestras vidas estos días.

Después he pensado que quizás, en un alarde de imaginación, entre los servicios de la comunidad que se promovía figuraba un cine de verano.

Finalmente, me he dado cuenta de mi error. Culpa de una tipografía no demasiado cuidadosa, en el panfleto en cuestión había un espacio no demasiado visible antes de la última X. Antes, por lo visto, hubieron nueve residenciales con vistas al mar.

Reflexión a bote pronto #65

No tengo ni un pelo de tonto.De la cabeza de un melenudo no deberían salir ideas descabelladas.

lunes, 11 de diciembre de 2006

jueves, 7 de diciembre de 2006

Aforismo de todo a un euro #10

Hoy en día, prácticamente todas las empresas tienen banda ancha.
Pero no todas tienen manga ancha.

(Gracias Ramírez)

martes, 5 de diciembre de 2006

El conceto es el conceto: lejismos

Lejismos: Dícese de todas aquellas expresiones que sirven para decir que algo o alguien está lejismos. Entre las expresiones de este tipo más utilizadas se encuentran estas:

  • A tomar por culo.
  • En el quinto pino.
  • Donde Cristo perdió el gorro.
  • Donde Cristo dio las tres voces.
  • Donde Yoni perdió su fúsil.
  • En Casa Dios.
  • En las Puertas de Tannhausen (bajo lágrimas de lluvia).
  • Lejos, muy lejos, en silencio.

(gracias, Jesús)

viernes, 1 de diciembre de 2006

En defensa de... los dentistas

Recuperamos la (últimamente algo abandonada) sección dedicada a la defensa de los colectivos tradicionalmente maltratados por la sociedad. Hoy dedicaremos esta sección de utilidad social a los dentistas.

Casi todo el mundo odia a los dentistas pero las razones aparentes para ello, una vez analizadas con cierto rigor, se desvelan insuficientes para justificar esa animadversión de la que son objeto las profesionales de las tenazas.

Así pues, en esta sección nos encargaremos de sacar a la luz las razones por las cuales los dentistas merecen tanto cariño y reconocimiento social como cualquiera de nosotros. Y, si no lo conseguimos, al menos esta sección servirá para que si alguno de nuestros lectores está intentando ligar con alguien y empieza a desbarrar de los dentistas y resulta que ese o esa alguien le espeta un “Pues mi padre es dentista”, pueda solventar la papeleta y salir del brete con torería y valor.

Introducido el tema, ataquémoslo de una vez por todas, ¡maldita sea!


La gente suele tener miedo del dentista. Eso es un hecho. A nadie le gusta ir al dentista. Cuando tienes que ir al dentista, sospechas que te van a hacer daño. Eso es así. Y claro, a nadie le gusta que le hagan daño. Bueno, a los masoquistas sí. Pero ni siquiera a los masoquistas les gusta ir al dentista. “¿Pero tú no eras masoquista?”. “Masoquista, sí, pero tonto, no. Que aquí, además de hacerme daño, me pegan una clavada y yo prefiero el dolor gratuito”.

Claro, como las películas de Van Damme. Violencia gratuita, ¡no te jode! Pero en algo sí que tiene razón el masoquista este. En el dentista, además de hacerte daño, te cobran un dineral. Eso es otra de las razones por las que la gente tiene miedo de ir al dentista. “Joder, tengo que ir al dentista a que me hagan un empaste, no sé si llegaré a fin de mes”. ¿Por qué os creéis que a Esperanza Aguirre le cuesta llegar a fin de mes? ¡Por los dentistas!... Natural. Como la mayoría de las cosas que te puede hacer un dentista no entran en la Seguridad Social, pues, claro, aprovechan. El otro día, mi amigo Ramírez me contó que fue al dentista y cuando llegó lo encontró afilando un cuchillo de la carne. Le preguntó por esa nueva pieza del instrumental y el dentista le contestó, con todo el humor del que sólo pueden hacer gala los dentistas: “No, si esto es que estoy preparando la factura, juas juas juas...”

Vale, un poco exagerado mi amigo Ramírez, de acuerdo. Pero lo que nadie me negará es el aspecto tétrico que tienen todos los instrumentos que usan los dentistas. Desde las tenazas, hasta la perforadora esa que tira líquidos y hace un ruido demoníaco... Por no hablar del sillón... Si parece talmente un instrumento de tortura... Que tú llegas allí y te sientas y piensas: Ahora me ponen la anestesia (esa que te la ponen y empiezas a babear como un bendito) y te amarran con unas correas, te apuntan con el foco y empiezan a echarte humo a la cara... “Sabemos que has sido tú, venga, canta, dónde está el dinero...” Y tú, claro, quieres cantar, pero con la anestesia no te sale ni el “Europe’s living a celebration”.

Vamos, que está claro que si Torquemada hubiera vivido en nuestro siglo hubiera sido dentista. Con todo el respeto por los dentistas, por supuesto. Que yo tengo un par de amigas que son dentistas y me llevo muy bien con ellas, ¿eh? ... Eso sí, fuera de su clínica... Que dentro mandan ellas y uno nunca sabe por donde pueden salir...

De todas maneras, hemos de convenir que los dentistas, e incluso las dentistas, son buenas personas, amigos de sus amigos y que si pueden hacerte un favor, te lo hacen sin dudarlo un solo instante... Pero, como dicen los andaluces, lagarto, lagarto...